He viajado al pasado. Fue de repente. Estaba haciendo un maratón de series nocturno y mientras pasaba rápidamente los anuncios me pareció ver ¿al inspector ... Gadget? Creí que estaba medio dormida y soñando algo surrealista, pero no. Rebobiné y comenzó a sonar la canción 'El vídeo mató a la estrella de la radio', del grupo británico The Buggles. La vuelta a los 80 fue instantánea porque esa pegadiza música sonaba insistentemente en aquellos años, tanto que el vídeo de esta canción con estética futurista fue el primero que se emitió en la MTV, el nuevo canal de televisión musical que empezó su andadura el 1 de agosto de 1981.
Era un anuncio del Renault Clio y en él aparece aquel detective torpe y despistado de los dibujos animados de los años 80 con su inconfundible gabardina y varios de sus artilugios, una lupa, un paraguas y unas aspas de helicóptero volando alrededor de un coche, acompañado de su fiel perro Sultán. El spot pretende tocar la fibra de varias generaciones porque después el vehículo que se veía junto al inspector Gadget se transforma en otro cochecito de juguete que recorre la habitación como si fuera uno de los protagonistas de la película 'Toy story' para finalmente convertirse en el híbrido actual.
El anuncio, además de evocarme aquellos despreocupados años para los de mi quinta, me recordó la creatividad de la publicidad de los 80, con eslóganes de los que todavía nos acordamos los 'boomers' porque todos veíamos el único canal de televisión que había a principios de esa década (con permiso de la entonces UHF). Aún hoy seguimos diciendo «si no hay Casera, nos vamos» y cómo olvidar a aquel Rodolfo Langostino bailongo, vestido con sombrero y bufanda, un tipo fresco que las conquista a todas –según él estaba bueníiiisimo– y al que Pescanova le hacía decir con acento porteño «Lleváaaaame a caaasa». ¿Hicieron argentino a este personaje para que pareciese más atractivo? O siguiendo con los productos del mar aquel eslogan «Atún Calvo, claro» del anuncio protagonizado por Jesús Puente y Juanjo Menéndez, al que sustituyó José Luis López Vázquez, tres grandísimos actores calvos, claro. O la otra marca de atún: «Qué bien, qué bien, hoy comemos con Isabel» que tenía hartas a todas las isabeles. También recuerdo aquel constructivo eslogan «Pezqueñines no, gracias, debes dejarlos crecer...».
Todavía al ver un boli Bic los de la 'Generación de la EGB' nos acordamos de que «Bic naranja escribe fino, Bic cristal escribe normal», incluso recordamos la musiquilla de la publicidad. Si no te gustaba la tónica Schweppes sabías que «eso es que la has probado poco». Me viene a la memoria también el estirado mayordomo Tomás que anunciaba el detergente Tenn, que nos «amenazaba» con recorrer nuestra casa para ver si estaba limpia con su «el algodón no engaña». Y siguiendo con los detergentes, fue rompedora la estrategia de marketing en la que Manuel Luque, director general de Camp, daba la cara por su producto y se atrevió a protagonizar en 1986 el anuncio de Colón en el que acababa diciendo «Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo», que se ganó la confianza de los consumidores, reflotó la marca y salvó la empresa de la quiebra. Algunos 'copiaron' en anuncio, recuerdo una emisora de radio de un pueblo cercano al mío que con mucha guasa se promocionaba así: «Busque, compare y si encuentra una emisora mejor, no la sintonice, que nos quedamos sin audiencia».
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