El jefe del Estado, Felipe VI, homenajeaba a los 4.700 republicanos españoles que murieron en los campos de concentración nazis de Mauthausen y Gusen ... el pasado día 11 de mayo. Este acto y todos los que se celebran en este mes para conmemorar la victoria de la democracia frente al nazismo y el fascismo son la expresión de la memoria democrática europea que ha enraizado en las sociedades de los países del viejo continente. En estas naciones, todos los partidos políticos miman y defienden la memoria como parte intrínseca de la democracia.
La memoria democrática española forma parte de esa memoria europea, ya que la guerra de España de 1936 fue el primer combate de la democracia contra los totalitarismos.
A diferencia de lo que ocurre en el entorno europeo, en nuestro país los partidos políticos de las derechas siempre han repudiado la memoria democrática así se puso de manifiesto ante las leyes de Memoria de 2007 y de 2022.
Esta contradicción se explica por el origen de quienes constituyeron el principal partido de la derecha nacido de Alianza Popular. Esta formación tenía dieciocho diputados en las Cortes Constituyentes, de los que sólo la mitad apoyaron la Constitución Española del 78, se abstuvieron en la Ley de Amnistía y apoyaron la parte económica pero no la política de los Pactos de la Moncloa. Por lo tanto, condenan el Holocausto, pero no condenan el franquismo siendo un régimen totalitario equiparado por las Naciones Unidas, el 12 de diciembre de 1946, con el nazismo y el fascismo.
La Ley de Memoria Democrática de 2022 nació como una ley integral de reparación, de apoyo a la verdad y de dignificación de las víctimas del franquismo. Fue elaborada con los principios del derecho humanitario internacional de Naciones Unidas y de la memoria democrática europea. Por primera vez, la búsqueda de los desaparecidos y la exhumación de fosas pasaba a ser una política de estado que obligaba a todos los poderes públicos a trabajar en esa misión.
Sin embargo, desde las últimas elecciones autonómicas el Partido Popular y Vox han emprendido una cruzada contra la memoria democrática pretendiendo derogar las leyes autonómicas de memoria y sustituirlas por las denominadas leyes de concordia. Con ello, ponen de manifiesto una vez más su anclaje carpetovetónico tan alejado del contexto europeo.
Hay que recordar al PP de María Guardiola que la concordia ya se estableció en 1978 en la Constitución Española. La reconciliación de los que defendían la democracia y de los herederos de la dictadura franquista permite alumbrar nuestra Constitución y con ella la convivencia pacífica y libre recuperando la concordia de los españoles.
Quienes habían pasado por las cárceles franquistas y quienes los habían encarcelado sellaron la concordia en esta ley de leyes. Por tanto, ninguna ley de orden menor va a venir a establecer la concordia porque es innecesario.
Lo segundo que tendría que entender el PP de Guardiola es que no se puede faltar al respeto y a la dignidad de todas las víctimas al enfrentar las del franquismo con las del terrorismo.
Las víctimas del terrorismo tienen el amparo legal de la ley estatal de 2011 y de la ley autonómica de 2020 que las reparan y las dignifican. Pocas personas pueden tener más autoridad moral que Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite, cuando en el año 2022 manifestaba que la aprobación de una Ley de Reparación a las Víctimas del Franquismo era una reivindicación justa como lo fue en su momento la que repara a las del terrorismo.
Por ello, sería de una vileza inconmensurable tratar de utilizar a unas víctimas contra otras puesto que todas, del franquismo y del terrorismo, son un faro moral de nuestra sociedad.
En tercer lugar, Guardiola debe reflexionar para retirar la propuesta de Ley de Concordia puesto que el objetivo principal de esta iniciativa legal es blanquear el franquismo ante las nuevas generaciones de extremeños. ¿Alguna persona demócrata puede imaginar a una presidenta de un Lander alemán de la CDU votando con la ultraderecha una ley que resignificara y dulcificara el holocausto producido por el nazismo? Ese es su espejo, señora Guardiola.
Quienes perdieron la vida defendiendo la democracia frente al golpe de estado del 36, quienes sufrieron el exilio de su país por defender sus ideas, quienes fueron represaliados por la dictadura franquista por seguir manteniendo la semilla de la libertad durante los oscuros años del totalitarismo merecen el respeto y la consideración de los demócratas porque nuestra deuda ética y moral con las victimas del franquismo es inmensa. Por ellas, se debe retirar la propuesta de Ley de Concordia.
Nuestras libertades se sustentan en sus sacrificios, las raíces de nuestra democracia son sus vidas sesgadas, nuestros derechos son los sueños que le arrebató la dictadura. A pesar de nuestra historia de los dos últimos siglos, disfrutamos de una democracia plena que fue el anhelo colectivo de las víctimas del franquismo a las que debemos respeto y dignidad.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.