Perros de asistencia y violencia de género
os ejemplares de canis familiaris logran reducir los niveles de ansiedad de sus dueñas ya que no solo les aportan una seguridad física, su saber estar en lugares como el puesto de trabajo, los centros comerciales…
Rosa Rabazo Ortega
Docente de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura. Antropóloga social
Sábado, 6 de abril 2024, 08:17
Aprovechando las pasadas fechas (11 de febrero y 8 de marzo) cuyos significados no hace falta que especifique a los lectores, el sábado 2 de ... marzo y por este mismo medio, se publicó en portada una iniciativa que se está poniendo en marcha de forma paralela a la elaboración de una tesis doctoral dirigida a mujeres víctimas de violencia machista y sus hijos.
La investigadora había realizado el trabajo final de máster sobre el mutualismo interespecie entre el perro y homo sapiens y había cursado asignaturas de género durante los estudios de máster, todo lo cual acredita su dominio de la materia. Aunque en un principio se pensó tratar la terapia asistida con animales en el supuesto del alumnado TEA, se abandonó la idea en favor de un ámbito que necesita ser abordado y difundido como camino para lograr una concienciación social y un avance legislativo que permita aminorar una lacra presente a nivel global.
Dentro de la instrumentalidad del perro en nuestros días, se focaliza en las aportaciones de dicha especie respecto al intento de lograr una rehabilitación física, psicológica, emocional y social de un colectivo castigado como es el de las mujeres víctimas de violencia de género.
No es hasta finales del siglo XX cuando la violencia hacia las mujeres pasa a enmarcarse dentro de los derechos humanos, siendo definida por la Asamblea General de la Organización de la Naciones Unidas (ONU, 1993), como «cualquier acto de violencia basada en el género que produzca o pueda producir daños o sufrimientos físicos, sexuales o mentales en la mujer, incluidas las amenazas de tales actos, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, tanto en la vida pública como en la privada». Con dicha definición, se está aludiendo a los diferentes tipos de violencia a los que es sometida la mujer: física, psicológica, sexual…
En ese mismo tiempo, los años noventa del siglo XX, se incrementó la conciencia social contra el uso de animales de compañía como herramienta para la violencia doméstica (Wood; Weber; Ascione, 1997). El maltrato animal puede emplearse como medio para lograr la sumisión y el silencio de la víctima, ejerciendo una violencia psicológica en la expareja que se dilata en el tiempo. Según diferentes estudios, el maltrato animal puede constituir la antesala de una situación de violencia doméstica (Bernuz, 2015).
En la actualidad las mujeres catalogadas como de alto riesgo no están lo suficientemente protegidas, siendo necesarios recursos como el perro de asistencia para contribuir a un empoderamiento necesario para lograr su inserción laboral y social. Liven, una asociación con sede en Almendralejo y que se ha convertido en el eje central de mi estudio, es la única institución en España cuyo representante cuenta con la certificación necesaria para adiestrar perros de asistencia para tal fin. De la misma manera que no nos extraña la presencia de un perro guía en establecimientos públicos y privados, la víctima de violencia que sea susceptible de beneficiarse de ello, debería poder estar protegida física y emocionalmente las veinticuatro horas del día, no limitándose dicha protección a los momentos de terapia. Los profesionales de Liven no solo facilitan perros de asistencia, criados y adiestrados específicamente para tal propósito, además, han creado toda una red de apoyo a lo largo de la geografía española, haciendo que las usuarias no se sientan solas en momentos cruciales de sus vidas. Estos ejemplares de canis familiaris logran reducir los niveles de ansiedad de sus dueñas ya que no solo les aportan una seguridad física, su saber estar en lugares como el puesto de trabajo, los centros comerciales… hacen que no constituyan en absoluto un elemento de distorsión.
A Liven se están sumando entidades como Alma Badajoz, la oficina de Igualdad y Violencia de Género o el Punto de Atención Psicológica a víctimas de violencia de género (PAP) de dicha ciudad, colaborando como informantes para que el mencionado estudio pueda seguir su curso.
Los objetivos planteados con la investigación están relacionados con: analizar las técnicas asistidas con animales como forma de utilitarismo de canis familiris, constatar los beneficios que aporta dicha especie en el supuesto de mujeres víctimas de violencia de género y vislumbrar el futuro próximo en relación a su posible instauración y generalización. Soy consciente de la controversia que temas como este provocan, pero es muy necesario dotar de contenido científico una problemática que como se indica en el último boletín mensual de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, publicado en septiembre de 2023, ha provocado 1.235 víctimas mortales entre el 1 de enero y el 30 septiembre de dicho año, dejando 50 menores huérfanos, con 82.539 llamadas al 016. Según dicho boletín, el tramo de edad en el que se sitúa el mayor número de víctimas es el comprendido entre los 31 y los 40 años. Andalucía, Aragón y Asturias están a la cabeza en cuanto a número de víctimas. Extremadura ocupa el puesto 11 de las 17 comunidades autónomas y dos ciudades autónomas.
Ya se cuenta con una certificación específica de perros de asistencia, se han elaborado unos estatutos y se ha establecido una metodología específica, solo falta su inclusión legal para que el recurso se haga extensivo, consiguiendo su normalización.
Y en el ámbito educativo ¿no deberíamos incidir más en la educación igualitaria como herramienta para eliminar conductas de violencia hacia la mujer? Con ello se erradicarían mantras como el de las denuncias falsas, que según los datos de la Fiscalía emitidos en 2022, representan solo el 0,01% del total.
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