El probador de Zara estará en mi casa
UNA VIDA PROPIA ·
Echas un vistazo a la ropa en internet. Eliges. Compras. Pagas. Te la llevan a casa. Te la pruebas en tu habitación que se ha ... transformado en amplio probador. La combinas con otras prendas de tu armario. La guardas si te gusta... o la devuelves. Sencillo y práctico. Así han sido las compras en los tiempos de restricciones a causa de la covid y parece que así serán en el futuro, porque los consumidores se han acostumbrado a comprar moda en la web. Es también lo que piensan los responsables de Inditex, que han decidido que en mayo cerrarán la emblemática tienda de Zara en la calle Menacho de Badajoz y las dos que tienen en Mérida. El año pasado la compañía tuvo un beneficio de 1.106 millones de euros, un 70% menos que el año anterior, pero las ventas online se dispararon un 77%, así que han hecho números y han decidido apostar por la «transformación digital», que traducido significa cerrar tiendas.
El imperio textil de Amancio Ortega, que hace unos años sirvió de locomotora para atraer otros negocios a la calle Menacho –que en tiempos albergó todas las marcas del empresario gallego: Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home y Uterqüe–, ahora, buscando mayor beneficio en su cuenta de resultados, ha decidido replegar sus huestes y marcharse por donde vino, dejando solo Stradivarius en Menacho. Debe creer que los consumidores tienen bastante con una tienda física para ir a devolver la ropa que hayan adquirido por internet pero que no les quede bien. El peligro para esta zona comercial es que la «desbandada» ha hecho que cada vez haya más locales vacíos y puede provocar un 'efecto dominó', con una ficha cayendo detrás de otra. Menacho ha dejado de ser el eje comercial de Badajoz. La apertura del centro comercial El Faro le hizo mucho daño y el auge del comercio electrónico amenaza con darle la puntilla.
Si esta tendencia de consumo ha llegado para quedarse, pasarán a la historia escenas como la que protagonizaron Julia Roberts y Richard Gere en 'Pretty woman' cuando ambos entran en una tienda de Rodeo Drive, en Los Ángeles, en la que ella se prueba una prenda tras otra y sale del establecimiento vestida como una modelo y cargada de bolsas al ritmo de la canción 'Oh, pretty woman' de Roy Orbison.
Los consumidores debemos ayudar para que el pequeño comercio no desaparezca, pero el sector es el principal interesado y por eso deben adaptarse. Me gusta ir de compras a las tiendas y aunque me resistía, casi sin darme cuenta empecé a comprar ropa online, como muchos otros debido al coronavirus. Ante esto, los comerciantes no deben mirar para otro lado porque si lo hacen sus negocios se desmoronarán. Tendrán que aprender a ver el comercio online no como un problema, sino como la solución. Como han hecho algunas propietarias de tiendas de ropa se han transformado en modelos, lucen el vestuario de temporada que venden y han convertido las redes sociales en su escaparate. Otras durante la pandemia han llevado ropa a domicilio para mantener fiel a la clientela. Otra idea sería apostar por fusionar las calles comerciales con el ocio y convertir la zona en un punto de encuentro social. Atraer a la gente ofreciendo algo diferente. Hacer que ir de compras sea una experiencia. En El Faro de Badajoz funciona la mezcla de tiendas y restauración, y tal vez los locales que han cerrado en Menacho podrían ser ocupados por negocios de hostelería. También ayudaría que los propietarios de los locales bajen los altos alquileres que hasta ahora estaban cobrando.
Es una pena para los consumidores y una ruina para el comercio local, pero el buen paño ya no se vende en el arca como antaño. Ni tampoco en vistosos escaparates. Ahora las calles comerciales más transitadas están en internet...
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