El primer 'segundo caballero' de EE UU

Doug Emhoff hizo historia el miércoles al convertirse en el primer 'segundo caballero' de EE UU en los 232 años de democracia del país. El ... marido de Kamala Harris vestía un traje gris de Ralph Lauren en el acto de investidura del presidente y la vicepresidenta, con abrigo negro cruzado con la bandera norteamericana en la solapa, camisa blanca, corbata oscura de lunares, zapatos negros de cordones, mascarilla negra y guantes negros de cuero como los de su esposa. Una indumentaria discreta y sobria. Porque la protagonista era ella, Kamala Harris. Su atuendo sí que daba para comentar. Todo en esta mujer está cargado de simbolismo, no deja nada al azar. Sabe que lo primero que se ve es el vestuario y por eso lo cuida mucho, porque quiere que llegue a todos el mensaje que pretende transmitir. Si para su primer discurso como vicepresidenta electa eligió el blanco, el color de las sufragistas, el miércoles en su toma de posesión se decantó por un vestido y un abrigo de color púrpura del diseñador Christopher John Rogers (americano y negro, que Kamala no da puntada sin hilo). Kamala Harris se vistió de púrpura, el color de la lucha feminista, en homenaje a Shirley Chisholm, la primera mujer afroamericana elegida congresista y la primera que llegó a la carrera presidencial, en 1972. Chisholm fue también una de las feministas que desde los 70 se movilizaron para apoyar la llamada Enmienda por la Igualdad de Derechos (ERA), liderada también por otras mujeres valientes y decididas como Gloria Steinem, Betty Friedan, Bella Abzug o la republicana Jill Ruckelshau. Ellas, fundadoras de la Asamblea Política Nacional de Mujeres de EE UU, son algunas de las protagonistas de la miniserie 'Mrs América', que HBO estrenó en abril del año pasado –se la recomiendo a pesar del protagonismo que también da Phyllis Schlafly, cabeza visible del movimiento antifeminista– y que muestra cómo fue el movimiento feminista liderado por ellas que movilizó a millones de mujeres de su generación. Y Harris no lo olvida, y como «es de bien nacidos ser agradecido», poco antes de convertirse en la primera mujer en jurar como número dos de la Casa Blanca publicó un vídeo en las redes agradeciendo su logro a «las mujeres que vinieron antes».