Monarquía o república
TRIBUNA ·
En estos momentos disfrutamos en España del mejor rey que hayamos tenido jamás, de conducta intachable, se mantiene al margen de la lucha partidista y sectaria, desarrollando de manera ejemplar su labor institucional, gozando de un prestigio dentro y fuera de nuestro país que para sí quisieran nuestros políticosluciano lópez nieto
Jueves, 1 de diciembre 2022, 08:46
Los errores financieros y presuntos delitos fiscales cometidos por un envejecido rey emérito en los últimos tiempos han dado pie a que diversos personajes y ... partidos hablen de la corrupción en la monarquía española y vuelvan a plantear la república como una más conveniente forma de gobierno en nuestro país. Curiosamente, esas mismas personas y partidos no plantean la desaparición de la Generalitat catalana tras una sucesión de casos de corrupción, desobediencia y sedición que han afectado y afectan a la mayoría de sus presidentes modernos, por no mencionar a la familia Pujol, que precisaría de un juzgado exclusivo para hacerse cargo de todas sus andanzas y tropelías.
Pero echemos un vistazo a la historia para ilustrar el dilema: la Primera República española se proclamó el 11 de febrero de 1873, tras el breve reinado de Amadeo I de Saboya, llamado 'el rey caballero', y duró, con escaso reconocimiento exterior, hasta el 31 de diciembre de 1874, fecha en la que el pronunciamiento del general Martínez Campos restauró la monarquía borbónica con Alfonso XII. En menos de tres años se sucedieron cuatro presidentes y ocho gobiernos distintos dentro de un escenario político turbulento, convulsionado por el carlismo, el cantonalismo y la guerra de Cuba.
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dieron una victoria abrumadora a los republicanos y dos días después fue proclamada la Segunda República, por lo que Alfonso XIII hubo de abandonar España camino del exilio. Republicanos y socialistas ganaron las elecciones de junio de 1931 dando lugar a un bienio progresista que terminó con la victoria de la CEDA, Confederación Española de Derechas Autónomas, en noviembre de 1933. En octubre de 1934 se proclamó el Estado Federado Catalán y se produjo la Revolución de Asturias. Las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria a las fuerzas agrupadas en el Frente Popular y Azaña se hizo cargo del gobierno, pero la situación de conflicto se tornó cada vez más violenta hasta que los asesinatos del izquierdista Teniente Castillo y el derechista Calvo Sotelo desembocaron en el alzamiento contra la República de 1936, la Guerra Civil y casi 40 años de dictadura franquista.
Como podemos deducir, los periodos republicanos no han constituido precisamente un oasis de paz y tranquilidad, si bien la reina Isabel II y Alfonso XIII tampoco es que derrocharan tacto y habilidad política durante sus reinados. Más recientemente, el ahora denostado rey emérito condujo juntamente con Suárez y otros líderes del momento una ejemplar transición a la democracia, tan solo empañada por la intentona de golpe de Tejero en 1981, en la que la oportuna intervención del rey Juan Carlos se tornó decisiva para abortar el intento, de la misma forma en que lo fue el discurso del rey Felipe tras la declaración de independencia de Cataluña, conducida por el presidente prófugo y los políticos indultados. En líneas generales, volviendo al análisis histórico, los últimos 45 años de monarquía representan el periodo más próspero, pacífico, tolerante y democrático de toda la historia de nuestro país.
Por lo que se refiere a Europa, las monarquías parlamentarias de Reino Unido, España, Luxemburgo, Suecia, Bélgica, Países Bajos, Noruega, Dinamarca, etc., comparten un régimen de libertades similar a las repúblicas de Francia, Alemania, Italia, Portugal y otras, lo que nos lleva a situar en un plano de igualdad los dos tipos de gobierno, señalando además que buena parte de los regímenes actuales más autoritarios como son Rusia, China, Corea del Norte, Cuba, Nicaragua y otros han adoptado formas republicanas de gobierno.
En mi opinión, en estos momentos disfrutamos en España del mejor rey que hayamos tenido jamás, de conducta intachable, se mantiene al margen de la lucha partidista y sectaria, desarrollando de manera ejemplar su labor institucional, gozando de un prestigio dentro y fuera de nuestro país que para sí quisieran nuestros políticos, quienes raramente llegan a conseguir un aprobado en las encuestas. La conducta poco ejemplar del rey emérito en los últimos años, empañando una trayectoria brillante, le ha llevado a distanciarse de su padre, renunciar a la herencia paterna y alejarlo de la Casa Real, y no le ha temblado el pulso al tomar estas dolorosas decisiones.
Nunca me he sentido monárquico, pero al rey lo que es del rey, tengo que expresar mi reconocimiento público a la figura del rey Felipe después de tantos monarcas cuestionables como han pasado por la historia de España, Fernando VII, por citar un ejemplo.
Dicho todo esto, tenemos un gran rey, sí, ningún político llega a su altura, si me permiten el doble sentido, si bien este hecho no implica que la institución monárquica no pueda ser reformada y mejorada, ya que debe mostrarse transparente en todas sus formas y cometidos. Así mismo, sostengo que ningún personaje público debe estar por encima de la ley y todos deben rendir cuentas de sus actividades. De igual modo, se podría arbitrar algún procedimiento para que en el futuro ningún personaje indigno pueda acceder a la realeza, ya que no siempre tendremos tanta suerte como ahora. Más allá de estos matices, me siento convencido de que la mayoría de ciudadanos españoles apoyan y respetan la figura de nuestro monarca y no se plantean un cambio de régimen, independientemente de que a nivel teórico y político no sean decididos partidarios de la monarquía, como es mi caso.
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