Encorchados
Los jueves al sur ·
Mané Montes
Jueves, 26 de septiembre 2024, 07:45
Cuando oigo que, el problema patrio por excelencia, por delante de la política, el paro y la vivienda, es la inmigración, algo chirría en mi ... interior y hace que me vuelva hacia el origen para preguntarme el porqué.
Este verano ha sido especialmente prolijo en cuanto a llegada de cayucos a nuestras costas y se estima que el tema irá a más. Si profundizas en las causas podemos simplificarlo en una palabra: huida.
Lo de simplificar es tan solo una manera de hablar ya que no hay nada más complejo que esto y detrás está el hambre, la guerra, la persecución ideológica, política, demográfica y hasta ambiental que les empujan a ponerse en manos de mafias que te prometen un final feliz y les embarcan en una monstruosa travesía, en una goma, sin garantías de supervivencia.
Somos una de las puertas de Europa y medio mundo está en guerra, 56 guerras activas, con 92 países involucrados, pero a la mayoría nos da igual, nos hemos acostumbrado de tal manera que nuestros corazones y nuestros sentimientos se han encorchado, se han alicatado para conseguir esa impermeabilidad que impida que nuestra felicidad escape.
De lo contrario sería imposible que uno de los más famosos e influyentes diarios de América, New York Post, haga sarcasmo de la muerte simultánea de 12 personas y más de 300 heridos con los buscapersonas y 'walkies' explosivos. Bueno, eso pasó en el Líbano, en Oriente Próximo, que, a pesar de su nombre, nos queda lejos. Además, seguramente que eran terroristas de Hezbolá, aunque el frutero que atendía en ese momento al 'malo' nada tuviera que ver, o la maestra que recogía al niño de la mano de su padre tan solo hacía su trabajo. Parece que todas las muertes alrededor de Israel pueden rebajarse hasta el punto de que ese diario titulase su portada «Beep, beep, boom» y, cuando se trivializa la muerte del otro en un titular, se cae en el más espeso lodazal, en la ignominia.
Aquí, en una de nuestras cadenas televisivas, un personaje al que presentaban como «asesor de seguridad en zonas de alto riesgo», un tal Félix Ramajo, espeta en el programa 'Horizontes' de Iker Jiménez que «todo lo que rodea a Israel es basura humana que debe ser exterminada» y no solo él se queda tan pancho, sino que el resto del equipo y contertulios asienten con la callada como respuesta, otorgan.
Afirmaba el pasado jueves que Israel, tras matar a 41.000 seres humanos (de ellos 14.000 eran niños), no es genocida, que los muertos no importan, que lo «interesante» son los heridos porque esos colapsan un país. Ese análisis frío y calculador a mí me dejó muy mal cuerpo porque, si esto se consiente en países civilizados como los nuestros, es que nuestras almas están selladas y somos insensibles a esta barbarie.
Ya, cuando apenas queda nada en Gaza, es el turno del Líbano, que se resiste desde 1982. Hace dos días 500 muertos, pero eso es en Oriente, y aunque próximo…, queda lejos.
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