No hay plan b
El PNV se aferra a Pedro Sánchez y a la vieja táctica como si no hubiera un mañana
El Partido Nacionalista Vasco se aferra a Pedro Sánchez como si no hubiera un mañana. En el pleno del Congreso donde se plasmó la quiebra ... del grupo de la investidura, la portavoz del PNV ni preguntó al presidente por los casos de corrupción. Se limitó a anunciar una legislatura agónica para los próximos meses, sin Presupuestos, sin mayoría para legislar y con la Justicia pisando los talones al PSOE con titulares sobre la corrupción cada mañana en los medios. La pregunta retórica que le hizo la portavoz Maribel Vaquero a un Pedro Sánchez enrocado en la Moncloa, se la podía haber realizado a sus propios compañeros de partido: ¿A dónde vamos? Ya se sabe que Sánchez va a resistir como sea, pero la respuesta no es fácil para un partido que tras el derrocamiento de Urkullu y Ortúzar tiene todos los frentes abiertos y una cierta sensación de callejón sin salida, pero sin un plan b. En lugar de marcar distancias con el sanchismo, en agonía, como ellos mismos reconocen, se aferran a la esperanza de que sigan goteando las transferencias. A cambio, van a seguir asumiendo para el futuro una cierta complicidad con el sanchismo y todo lo que eso significa. La operación del palacete de París ha podido satisfacer al núcleo esencialista y nostálgico del partido pero, políticamente, no ha sido precisamente rentable. El coste para Moncloa de la operación palacete ha sido tan gravoso a efectos de opinión pública que, a partir de ahora, podrá utilizarlo como excusa ( Ya tenéis el palacete, que más queréis) para frenar más transferencias. En lugar de cerrar de una vez esa etapa de ir a Madrid, a ver que sacamos, sin importar si el gobierno es conservador o populista de izquierdas, para centrarse en la gestión vasca, el PNV del desconcertante Aitor Esteban sigue aferrado a la vieja política.
Pero, entre tanto, en casa su socio de gobierno de coalición le hace guiños a Bildu y agita el fantasma de un tripartito de izquierdas con Sumar, que les dejaría fuera del poder. El desgaste de la marca por una gestión desafortunada en sanidad, seguridad y economía le está pasando factura y, de momento, ni Pradales, ni Esteban, parecen haber dado con la tecla para recuperar el espacio perdido a manos de Bildu. Si cae Sánchez y el PSE se acerca más a Bildu o se produce el 'sorpasso' de los de Otegi en las municipales y forales de 2027, el PNV carece de un plan b. Presionados por Bildu en el terreno identitario, por los socialistas en el económico y social, están acomplejados frente a los problemas de seguridad e inmigración. Han implantado una política fiscal socializante que tiene al empresariado con el freno de mano echado y no parecen capaces de encontrar una fórmula de consenso para renovar el estatuto. Futuro color de hormiga.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión