La alargada sombra de nuestra Guerra Civil y II
Cultura y política ·
FELIPE TRASEIRA
Jueves, 1 de febrero 2024, 07:42
En mayo de 2019 me impresionaron las declaraciones de Carlos Saura a un diario nacional. La guerra civil española «es muy fácil que se produzca ... otra vez», manifestaba en la entrevista. «Veo cómo todo está volviendo [...] es fácil que algo así vuelva a pasar», añadía. Más de una vez he vuelto sobre estas declaraciones. Objetará el lector, con razón, que la situación actual de nuestro país y del contexto internacional son diferentes a las de entonces, donde hubo acontecimientos difícilmente comparables: el ascenso y consolidación de los totalitarismos (fascismo y comunismo) y la crisis económica de 1929, todo ello sobre una Europa desunida. Parece, pues, a primera vista sorprendente e increíble que España pueda sufrir de nuevo una contienda fratricida.
Además de director de cine, Carlos Saura era guionista, fotógrafo, realizador y escritor. Un intelectual, un pensador. Además, a lo largo de su carrera había analizado con gran brillantez las consecuencias del enfrentamiento cainita de nuestra Guerra Civil, y que yo sostengo –como hice en la anterior entrega– que están en la base de la actual polarización política. Cabría destacar la magnífica parábola de la Guerra Civil que supuso 'La caza', filmada en 1965, en pleno franquismo, sumándose a los ya consagrados Bardem, Berlanga y Buñuel. Cuando estalló la guerra, él contaba con cuatro años y medio, viviendo su adolescencia y juventud en el primer y durísimo franquismo, durante la década de los 40. Fue, pues, testigo directo de las consecuencias de la contienda. Por lo tanto, su visión retrospectiva de nuestra Guerra Civil no es sólo teórica, sino experiencial. Su vaticinio nos invita a la meditación.
Saura afirma en la entrevista que comento, respecto de la Guerra Civil, que «olvidarla es una temeridad». Como en todas las guerras, hubo atropellos y abusos por ambas partes. Por eso, esta página negra de nuestra historia –en la que todos perdieron– debemos tenerla presente pero no para alimentar la venganza sino para no volver a repetirla nunca más. «Es terrible que nunca aprendamos del pasado y cometamos los mismos errores», terminaba lamentándose Saura.
Es preocupante a qué grado de crispación está llegando la política española y los ataques que nuestra democracia está sufriendo. Reputados juristas e historiadores comienzan a adjetivarla de 'agonizante' o 'degradada'. En la noche electoral del pasado 23 de julio ya se lanzaron gritos en las puertas de Ferraz de «No pasarán». Lenguaje guerracivilista que han resucitado irresponsablemente Zapatero y Sánchez. La disparatada e imposible por anticonstitucional ley de amnistía que Sánchez intenta sacar adelante, al dictado de los independentistas, indica la degeneración moral y política de nuestros gobernantes. Hoy la democracia aparece amenazada no por la derecha –como se hace creer a la gente– sino por la izquierda, que ya no defiende la libertad, la igualdad ante la ley y la unidad de la Nación. Y sin democracia real y con la nave de la nación en manos de pilotos exaltados, ¿por qué no puede surgir una nueva Guerra Civil, como predijo Carlos Saura?
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