Una desilusión

¿En qué consistía? En instalar en la casa un 'Museo Nacional de la Copla' que llevaría el nombre de nuestro paisano, con lo cual se le rendiría un merecido homenaje, a la vez que se destacaba el valor de esta manifestación tan nuestra.

¿Cuáles eran sus características? Que era interactivo, participativo, sostenible y autofinanciable. El piso de abajo sería un salón para unas 50 personas con un escenario, donde los visitantes podrían actuar, se les grabaría, y se les cobrarían cinco euros por llevarse la grabación. Y en la parte de arriba se expondrían: la evolución de este cante y, por orden cronológico, sus principales figuras con la posibilidad de depositar una moneda y escuchar con cascos la música elegida. Se venderían también recuerdos y discos. Se ofrecería en un paquete turístico, en las agencias de viajes de Andalucía, con visita concertada para autobuses completos. También cabría la posibilidad de alquilar el salón para actos culturales a partir de las 20 horas.

La idea le encantó al señor alcalde de Torremolinos así es que, aunque mi deseo era aportar un recurso turístico más a la ciudad, como nadie ha mostrado interés por él, acabará realizándose en dicha ciudad o en Málaga, la ciudad de los museos, o en Benalmádena, donde está enterrado nuestro gran compositor de música popular. Así somos...