Les confieso que me he planteado escribir sobre la canción de Shakira del mismo modo que en plena Navidad pensé hacerlo sobre la ruptura sentimental ... del Premio Nobel Mario Vargas Llosa. No obstante, el entusiasmo duró poco, no tanto porque no me interesaran los dos temas, pues en ambos casos hice por informarme nada más enterarme, sino porque en realidad se trata de un interés de los que califico 'de combustión rápida'. Es muy intenso en su inicio pero se consume pronto. No dura.
Por el contrario, y al mismo tiempo que Skakira nos contaba y cantaba su despecho, quedé fascinada, y ahí sigo, al saber que en los Países Bajos una cadena de supermercados ha decidido extender su iniciativa de 'cajas lentas' en las que los clientes pueden hablar sin prisas con el cajero o cajera que va marcando el precio de cada producto antes de cobrarles. Parece ser que, dado el éxito que ha tenido, la empresa ha decidido abrir más cajas de este tipo que mayoritariamente utilizan personas mayores que viven solas.
A poco que sean ustedes observadores se habrán dado cuenta de que no hace falta irse a Ámsterdam o a Utrecht para ver a muchos ancianos comprando sin prisa, echando el ratito en el súper o en la tienda de alimentación del barrio, siempre dispuestos a hablar, buscando una palabra o una mirada amable, anhelando interacción. Y es que los supermercados, que siempre me han parecido un lugar privilegiado para la observación sociológica, hace tiempo que se han convertido en espacios únicos para hacer sociología de la vejez y de la soledad.
Leo que estas cajas lentas se llaman en holandés 'kletskassa' que significa 'caja habladora' y me maravilla que en nuestras sociedades aceleradas y en estos tiempos, además, en los que la aplicación de la tecnología a la atención al público en bancos, servicios de salud o trámites administrativos, tiende a excluir a las personas mayores al ignorar la brecha digital por edad, podamos encontrar experiencias que nos devuelven a un tiempo más pausado, humanizan la vida cotidiana y contribuyen a ralentizarla.
Busco datos en el Instituto Nacional de Estadística y así me entero de que dentro de 15 años un 29,8% de los hogares familiares serán unipersonales. Cada vez más solos y más longevos. Aunque solo sea por egoísmo pensemos en esta sociedad de solitarios que estamos construyendo.
Me sonrío al pensar que ahora, después de conocer las 'kletskassas' holandesas podamos ser más pacientes y amables cuando delante de nosotros esa señora mayor encorvada con su moño recogido en una redecilla, o esa otra de pelo corto, se entretengan hablando con la cajera mientras guarda su compra. Quizá alguna vez nos animemos a participar en la conversación. ¿Quién sabe?
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