No salgo de mi asombro. Estoy atónita leyendo noticias como la de que la policía italiana detuvo el jueves a un grupo de radicales antivacunas ... que tenía la intención de usar armas y explosivos en la marcha convocada para hoy en Roma contra la obligatoriedad del pasaporte covid en Italia para acceder a establecimientos como bares, restaurantes, colegios o gimnasios. No tenían bastante con amenazar de muerte a virólogos y políticos como están haciendo en las últimas semanas, que ahora quieren imponer sus ideas con atentados. ¿Acaso esta gente tiene mermada la capacidad de raciocinio? Argumentan que la vacunación obligatoria es una «dictadura», claro que a ello ha contribuido la politización del tema por parte de la ultraderecha...
No entiendo a los negacionistas y antivacunas. La pandemia no ha acabado. El peligro sigue ahí, las variantes del virus continúan campando a sus anchas, hay que actuar para combatirlas y lo que está claro es que en este año hemos podido comprobar la efectividad de las vacunas. Es una evidencia científica, pero aún así quedan escépticos que no se fían de ellas.
Todos los países deberían seguir el ejemplo de Italia, Francia y Grecia y exigir a los sanitarios el pasaporte covid. Es lógico y también deberían tenerlo todos los trabajadores que están en contacto con personas tan vulnerables como los ancianos. No entiendo que haya algunos de estos profesionales que no quieran vacunarse, parecen no darse cuenta de que no solo juegan con su salud, sino también con la de quieres tienen alrededor.
La vacuna no es una solución infalible ni una poción mágica que acaba con el virus, pero sus beneficios son incontestables y los efectos adversos menores. No lo digo yo, lo dicen los científicos, que son los que saben y son bastante más fiables que los charlatanes que despotrican en las redes sociales en contra de las vacunas y no tienen ni idea de lo que dicen. Muchos se han radicalizado y algunos se han arrepentido después, como el expiloto valenciano de motociclismo Jorge Lis, que defendía las teorías negacionistas y rechazó la vacuna, contrajo el virus en julio y falleció este martes a los 46 años por los daños causados por la covid-19 después de estar más de mes y medio en la UCI. Una muerte que tal vez él podría haber evitado.
Infórmense bien y no hagan caso de bulos y mentiras, porque las vacunas ni contienen metales pesados ni actúan como un imán ni alteran el ADN ni... Es absurdo que haya algunos conspiranoicos que piensen que con las vacunas contra la covid nos implantan microchips y demás zarandajas. Yo lo tengo claro, pasé la covid, me han vacunado con las dos dosis de Pfizer y debo estar rebosante de anticuerpos. Es lo que hace la vacuna: protegernos.
¿Se acuerdan de Super Ratón? Los 'babyboomers' seguro que todavía recuerdan a este héroe de los dibujos animados al que una rica alimentación le daba superpoderes que le permitían volar y le hacían invulnerable. Él se despedía en cada capítulo con un mensaje que pretendía dejar claro que las vitaminas y minerales eran lo más importante en la nutrición de los niños, y que si las tomaban serían tan fuertes como Super Ratón: «No olviden supervitaminarse y mineralizarse...», que en este caso sería «no olviden vacunarse e inmunizarse». ¿A qué están esperando?
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