No sois trans, sois un fraude
Anabel Rodríguez
Martes, 12 de marzo 2024, 07:39
Antes de que se aprobase la Ley 4/2023 de 28 de febrero, para la igualdad de las personas trans y para la garantía de ... los derechos de las personas LGTBI, más conocida como Ley Trans, ha traído consigo polémica, sobre todo entre los sectores más conservadores y menos respetuosos de nuestra sociedad.
Recientemente hemos sabido que en Ceuta, de las 49 personas que han solicitado su cambio de género en los últimos doce meses, la mayor parte han sido hombres que piden ser reconocidos como mujeres, sin cambiar su nombre, ni su aspecto, ni, por supuesto, sus genitales. Presuntamente, algunos buscan ser reconocidos como mujeres para aprovechar las diferencias que existen en las pruebas físicas que se establecen en las oposiciones de bomberos o fuerzas y cuerpos de seguridad, mientras que otros pretenden ascender en su trabajo más rápidamente. No son los únicos que lo han hecho, hay quien ha acudido al Registro Civil a hacer este cambio porque cree demostrar así lo fácil que resulta violar una ley establecida por un gobierno que no les gusta. Lo que no saben, ni parece que les importe es que con su comportamiento están dañando a personas que sí son transexuales, demostrando una nula empatía.
Una persona trans tiene un cuerpo que no se corresponde con la percepción que tiene de sí misma, no cambia de sexo por gusto, ni porque un día se levante nublado. La ley, que nos puede parecer más o menos acertada, ha pretendido seguir los mandatos de la OMS que en el año 2018 eliminó la transexualidad del capítulo de trastornos mentales y del comportamiento, trasladándola al de «condiciones relativas a la salud sexual», declarando que no es una patología. Por otro lado, también supone una proclamación más del derecho a la no discriminación recogido en el artículo 14 de nuestra Constitución, y diversa normativa europea.
Los comportamientos de quienes van al Registro Civil a declarar falsamente su transexualidad son un fraude de ley prohibido por el Código Civil (artículo 6.4 y 7.1 según redacción de 1974. Sí, del franquismo tardío). Presumo que deben existir pruebas más que suficientes para proceder contra los que van buscando un amparo indebido, puesto que mantienen su nombre y en muchos casos una actitud hostil que proclaman a los cuatro vientos. Y ahí es donde no solo debe entrar el control del encargado del Registro Civil, denegando la inscripción solicitada, sino del Ministerio Fiscal, que tiene el derecho y la obligación de perseguir estas conductas. Es triste que los fiscales y encargados del Registro tengan que dedicar tiempo a perseguir a cuatro descerebrados con lo saturada que está la Administración de Justicia.
La conducta de quienes buscan ridiculizar no solo la ley, sino los sentimientos de las personas trans, es reprochable legal y socialmente, es una mofa hacia la sociedad que conformamos, una que pretende que imperen los principios de igualdad y no discriminación, una en la rechazamos que se persiga a nadie por su orientación o identidad sexual. No, no sois trans. Sois un fraude.
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