¿Víctimas?
Ana Zafra
Lunes, 10 de noviembre 2025, 01:00
Servidora, en su ignorancia, llevaba toda la vida pensando que sabía lo que era una víctima sin necesidad de acudir al latín. Ni siquiera a ... la RAE. Creía que 'víctima' era aquel que, normalmente sin merecerlo, terminaba damnificado por algo o alguien, asociando la idea a 'desvalido' o 'injusticia'. Sin embargo, últimamente, veo que debía de estar equivocada. Para ser víctima cuenta más la caradura que la inocencia.
Oigo al pobre González Amador relatando su agonía como víctima del fiscal general. Un sujeto que, en plena pandemia, cuando cualquier objeto de defensa ante el virus era vital, inmersos en un periodo de vulnerabilidad general, con gente muriendo a cientos, sanitarios sin equipos de protección y voluntarios cosiéndolos en casa, se enriqueció, gracias a nuestro miedo, comisionando mascarillas. Y que, una vez con el dinero (de todos) en el bolsillo, no declaró sus ganancias a Hacienda (que somos todos) –es decir, que defraudó doblemente a esta España que tanto quiere–.
Después, chanchullos fiscales por medio, hace filtrar una falsedad calumniando a varias instituciones del Estado (que también es nuestro) con el resultado de un juicio (que pagamos todos) donde él –vendedor sin escrúpulos, defraudador y mentiroso– se presenta como víctima y hasta amaga con suicidarse.
Fijate que yo, equivocada como estaba, pensaba que las víctimas eran quienes no llegaron a tener mascarillas o los que, por su defraudación de impuestos, no pudieron ser atendidos en la sanidad pública.
Otro que me indujo a error fue el señor Mazón, el pobre, en su comparecencia para ¿dimitir?
Mantenía yo la creencia de que las víctimas eran las 229 personas que el año pasado murieron ahogadas en la Comunidad Valenciana porque nadie les había avisado de que tenían que ponerse a salvo. Pero no. El que realmente lo ha estado pasando mal era el presidente, que ese día estuvo desaparecido. Siente que cometió un error. Servidora, ignorante, suponía que cometer un error implicaba 'cometerlo', es decir, haber estado en su puesto y, quizás, equivocarse. Si uno no hace nada ni siquiera es error, es abandono. Incomprendido y temiendo por su salud mental, pero vivo y conservando privilegios, se inmoló ante todos como la víctima que es.
Pero quien 'realmente' ha terminado de convencerme de mi error ha sido Su Majestad, el emérito. El pobre. Todos pensando que era un sinvergüenza. Que había traicionado a su pueblo. Que se había enriquecido a nuestra costa y que seguía viviendo a cuerpo de rey y, mira, víctima de su familia y de su pueblo que no quieren tenerlo cerca. Según su libro, un pobre hombre, sin libertad y sin el cariño de los suyos. Una víctima, en definitiva, de la incomprensión patria.
Gracias a estos ejemplos creo, pues, deducir que 'víctima' debe de ser aquel que, sin escrúpulo alguno, cometió falta u omisión y que pillado y, por ello, puesto en vergüenza, manifiesta un dolor inconmensurable, cuya culpa, siempre, va a ser de los demás.
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