Mérida se reencuentra con su Mártir
El largo cortejo que acompañó a la imagen salió a las once y media de la Concatedral de la Plaza de España y llegó pasada la una al atrio de la Basílica
A. Gilgado
Viernes, 10 de diciembre 2021
Treinta músicos de la OJE abrieron ayer el cortejo en honor a Santa Eulalia. Himno de España a la salida de la Concatedral y aplauso para calentar el ambiente. Fue tímida la salida. Nublado y casi sin gente más allá del protocolo. Pero según se fue formando la columna de cofradías, jóvenes, militares y devotos con ramos, el público fue sumándose para reencontrarse con la Mártir en la calle. En el recorrido le aplaudieron, le cantaron, le bailaron jotas y le llenaron el Hornito de flores. El trono de la imagen lo portaron una selección de costaleros y costaleras de la Semana Santa.
Celso Morga les recibió en la puerta de la Basílica y luego celebró una misa acompañado por dieciséis curas de las parroquias de Mérida y la comarca.
En su homilía, Morga puso como ejemplo a Santa Eulalia por su valentía y martirio. Se negó esconder o mentir sobre su fe en una época en la que las primeras comunidades cristianas estaban perseguidas. El ejemplo de Santa Eulalila, dijo, tiene tanta vigencia hoy como el diez de diciembre del año 304. La misa puso el punto y final a un puente intenso de celebraciones populares. Mérida ha vivido las primeras manifestaciones religiosas con la pandemia. El jueves por la noche la imagen estuvo muy arropada en el Templo de Diana por una abundante petalada que sorprendió a todos los que la presenciaron. Y ayer, en la vuelta al Hornito, el itinerario final se llenó de familias esperando frente a la Basílica.
Los fieles cumplieron con la petición de acercarse a la patrona con mascarilla, no había nadie sin ella
Los fieles cumplieron con la petición de la organización de evitar aglomeraciones y de acercarse a la imagen con mascarilla. No había nadie sin ella. Hasta los músicos se la ponían cuando no tocaban.
Detrás de los tambores y cornetas de la Organización Juvenil Española desfilaron seis jóvenes con una cruz de madera de la comunidad Fe y Luz. Se sucedieron también los estandartes de todas las hermandades de Semana Santa. Encabezaron Nuestra Señora de la Paz, San Antonio y la cofradía de San Juan Bautista.
Participaron igualmente representantes de comunidades religiosas de los pueblos de la comarca como la de la Virgen de la Salud de Esparragalejo. Tras la delegación religiosa partieron los cuarenta militares de Bótoa con trajes de gala y en formación de tres en tres. Sonoro aplauso se llevaron cuando rompieron la formación frente al Hornito al acabar.
Numeroso fue también el grupo folclórico de Nuestra Señora de la Antigua. Liderados por Luis Valiente, llevó una nutrida representación de los trajes regionales de Extremadura. Salieron a las diez de la mañana desde el centro social y fueron de los primeros en llegar a Santa María. Le cantaron 'Olaya blanca en los blanco'. En la Puerta de la Villa le echaron pétalos y al final del recorrido le bailaron para despedirla. Valiente es de los que incansablemente pide arropar a la Mártir. «Es el día de la patrona, no de El Faro».