Festival de Teatro de Mérida

'Ifigenia' da voz a las mujeres silenciadas en un viaje al «kilómetro cero» de la violencia

Así se ha pronunciado la autora de la obra, Silvia Zarco, en la presentación de la última obra que forma parte de la presente edición del certamen emeritense y que se representará sobre el Teatro Romano del 21 al 25 de agosto.

«Ifigenia es un viaje al pasado, es un viaje para reencontrarnos con ese kilómetro cero de la violencia, con ese mundo que cobijó y que testimonió a través de la tragedia griega la hamartía como especie. La hamartía es el error que nos convirtió en una especie violenta a partir de la cual las mujeres recibieron una malla de invisibilidad y silencio, quedaron condenadas a la no presencia y a la no palabra», ha aseverado la autora.

Junto a Zarco han participado en la presentación el director del Festival de Mérida, Jesús Cimarro; la consejera de Cultura, Victoria Bazaga; la alcaldesa en funciones de Mérida, Carmen Yáñez; la directora, Eva Romero; la productora, Maribel Masón, y el elenco, integrado, entre otros por Juanjo Artero, María Garralón y Laura Moreira.

La 'Ifigenia' que bajará el telón al Festival de Mérida es una obra de nueva creación que se teje a partir de tres tragedias clásicas por las que transita la victoria griega en la Guerra de Troya -Ifigenia en Aúlide, Hécuba y Agamenón- y que aborda el alto coste que pagaron las mujeres para que los hombres alcanzaran la gloria.

La directora Eva Romero ha iniciado su intervención tomando la 'Elegía a Ramón Sijé' de Miguel Hernández como «mascarón de proa» ya que representan para ella «el alma y el significado esencial de esta nave de luz, de memoria y de justicia social» que es 'Ifigenia'.

Así, ha buscado «apartar la tierra con los dientes» para rescatar a Clitemnestra y desenterrarla del «infierno al que fue condenada por los olvidadores y silenciada por los olvidadizos». «'Ifigenia' viene a decir que se acabó el silencio», ha aseverado la directora.

Por ello, ha insistido en que con esta «ofrenda teatral» la compañía quiere devolverle en su nombre «a todas las condenadas y silenciadas el lugar y la justicia que la historia escrita por los mercaderes del templo les ha usurpado».

«'Ifigenia' viene atravesada de sombras, de las sombras de las que estuvieron antes y que nos interpelan desde el pasado, de las sombras de más de 1.200 mujeres asesinadas desde 2003, 26 en lo que va de año, que alientan y que sostienen los brazos y los pasos de las que estamos vivas para que empujemos la creación de un orden nuevo en el que las niñas, las Ifigenias del futuro, no necesiten ser valientes para vivir con libertad», ha recalcado.

Romero también ha señalado la obra es también la tragedia de los menores no acompañados, ya que lo que sucede con el hijo menor de Hécuba, al que sus padres procuran poner a salvo de la guerra, es la «tragedia cotidiana de los desheredados que el mar escupe un día sí y otro también» a las playas del mar Mediterráneo.

Por parte del elenco, el acto Juanjo Artero, que interpreta a Agamenón, ha considerado que 'Ifigenia' representa un trabajo «muy especial», ya que el ojo no está puesto en el pasado sino en el presente.

De igual modo, María Garralón, que da vida a Hécuba, ha explicado que da voz a una mujer que lo «pierde todo» y se convierte en un «animal salvaje». Además, ha abogado por saberse apoyar «en los hombres que ayudan, que aportan».

También, Laura Moreira, que interpreta a Ifigenia, ha definido a su personaje como la «pacificadora», ya que se ofrece para salvar a su familia «en medio de tanto barullo, de tanta guerra, de tanto odio, de tanta rabia, de tanta injusticia».

Así, ha señalado que las muertas cuentan, no solo a nivel numérico, ha dicho, sino que también narran y cuentan historias. «Si en vida no se nos permitió hacer lo querido, en muerte Ifigenia hará lo que le dé la gana. Así que vengan, acompáñennos y déjense emocionar», ha dicho.

Asimismo, Beli Cienfuegos, en el papel de Clitemnestra, ha remarcado que dará la voz a «todas esas Clitemnestras que están calladas, a las que no pueden hablar».

El elenco se completa con Néstor Rubio, en la piel de Aquiles, el único que se atreve a enfrentarse a Agamenón, ha dicho, junto a Maite Vallecillo, que representa el Corifeo y a una esclava que acompaña a Hécuba y Alberto Barahona como Ulises.

También con Nuria Cuadrado, como Políxena, y Rubén Lanchazo, que interpreta a un anciano y al rey Poliméstor. Junto a ellos, también participan alumnos de la Escuela de Teatro de Guareña.

Finalmente, la productora ejecutiva de la obra, Maribel Mesón, ha señalado que montar una obra de teatro es un proceso apasionante y lleno de desafíos, pero también de grandes satisfacciones, además de agradecer al Festival de Mérida que confíe en el equipo para cerrar una edición «tan especial».

'Ifigenia', un espectáculo de producción y dirección extremeña, como ha recalcado el director del Festival de Mérida, Jesús Cimarro, clausurará el certamen tras la representación de 'Tiresias', vista por 9.651 personas en sus cinco representaciones.

Cimarro también ha señalado que el Festival de Mérida representa un «sello de calidad», ya que abre las puertas a, en este caso a un número importante de trabajadores extremeños, a otros escenarios, además de en el Teatro Romano, tras su paso por él.

Finalmente, Cimarro ha invitado a los ciudadanos a que participen de las últimas actividades paralelas de la edición, como este lunes la proyección de la película 'La caída del Imperio Romano', enmarcada en el ciclo 'Cinema Aestas'.

Por su parte, la consejera de Cultura, Victoria Bazaga, se ha referido al «esfuerzo» empleado por todas las personas que forman parte de Festival de Mérida en esta 70 edición y que llega a su fin con una «obra mestiza» al integrar a miembros extremeños con gente de fuera de la región.

Asimismo, la alcaldesa en funciones de Mérida, Carmen Yáñez, ha señalado que las instituciones implicadas deben sentirse orgullosas por cómo ha transcurrido esta edición y ha mostrado su satisfacción por la obra que clausurará el certamen.

En este sentido, se ha referido Yáñez a la importancia del Festival de Mérida, un «evento único» que beneficia, además de a la ciudad, a toda la provincia y la región, por la repercusión económica que ofrece a nivel turístico, hostelero y de conocimiento del patrimonio.