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Beto O'Rourke. Reuters
Beto O'Rourke le corta El Paso a Trump en la frontera

Beto O'Rourke le corta El Paso a Trump en la frontera

A cinco días de que venza la prórroga para aprobar una nueva partida presupuestaria, el presidente busca apoyo para su muro con otro discurso incendiario

Mercedes gallego

Corresponsal en Nueva York

Lunes, 11 de febrero 2019, 21:18

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Miente continuamente y está obsesionado con un muro, ¿de quién se trata? Es como la leche, blanca y en botella. No hacía falta mencionar su nombre en las más de 2.000 palabras que Beto O'Rourke escribió en Medium para explicar su política migratoria y convocar una 'Marcha por la Verdad' a modo de antídoto. Todo el mundo sabía, como él, lo que Donald Trump iba a decir anoche en su primer mitin del año, celebrado en El Paso (Texas): «Va a prometer un muro y repetirá sus mentiras sobre el peligro que suponen los inmigrantes».

El excongresista que la izquierda estadounidense desea ver en la arena presidencial prometió «darle la bienvenida» con un contraevento auspiciado por el capítulo local de la Marcha de las Mujeres. «Responderemos a sus mentiras y a su odio con la verdad y una visión de futuro desde la frontera de EE UU con México». A los asistentes se les pidió ir vestidos de blanco y llevar pancartas «positivas», compartir coche en un país casi sin transporte público y prepararse para un concierto pacifista. Organizaciones de derechos humanos como Border Network for Human Rights y American Civil Liberties Union (ACLU) se sumaron al acto celebrado a poca distancia de donde el presidente había convocado a sus fieles.

El Paso no es uno de sus bastiones, sino el instrumento de propaganda que utilizó la semana pasada en su discurso sobre el Estado de la Unión para asegurar, falsamente, que «lo muros funcionan». Según Trump, la ciudad fronteriza «solía tener índices de crímenes violentos extremadamente altos» hasta que la construcción de una valla «la convirtió en una de las más seguras».

Nada podía estar más lejos de la realidad. Hace 20 años que El Paso es una de las ciudades más seguras del país, mucho antes de que en 2008 se construyera la verja. De hecho, fue a partir de ahí cuando perdió su posición nacional, al aumentar el índice de crímenes violentos un 17%, aunque sigue siendo líder en Texas, para su tamaño, según el estudio del fiscal general Ken Paxton que utiliza los informes del FBI y el Departamento de Policía de El Paso.

Lo que tampoco es nuevo es utilizar a los inmigrantes como cabezas de turco en la política estadounidense, algo que el ex congresista que en noviembre estuvo cerca de arrebatar a Ted Cruz su asiento al Senado documenta con lujo de fuentes en su post, ilustrado con estadísticas que datan de 1955. «He llegado a la conclusión de que los retos que enfrentamos son mayormente culpa nuestra», explica O'Rourke, «porque casi en cada paso de la política migratoria de nuestra historia moderna hemos exacerbado las causas subyacentes empeorando las cosas, a veces con la mejor de las intenciones y a veces explotando cínicamente el miedo y la ingenuidad».

Trump encaja en este último supuesto, porque al presidente no le faltan asesores que corrijan sus discursos. A cinco días de que expire el plazo que ha dado para negociar los presupuestos, en los que demanda financiación para el muro, el mandatario subió ayer la temperatura de su retórica anti inmigrante. Dos delegaciones del Congreso intentan revivir las negociaciones descarriladas el pasado fin de semana por discrepancias en el número de inmigrantes que este acuerdo permitirá detener en EE UU, «una nueva demanda, los demócratas están locos», bramó Trump por Twitter. Sus bases están dispuestas a aceptar un nuevo cierre de gobierno para conseguir el muro, pero prefieren que el mandatario declare una emergencia nacional para apropiarse de los fondos sin permiso del Congreso. Algo que tendría que defender en los tribunales, por eso el autor de 'El Arte del Trato' prefiere negociar. Eso sí, con la baza del miedo por delante.

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