Bob Snow: «Si hubiera venido a trabajar, el horario habría resultado difícil»

Conquistado por una extremeña, también se dejó conquistar por Extremadura, aunque sigue considerando una locura los horarios españoles, el calor del verano y el ruido.

–¿Por qué vino a Extremadura?

–Había decidido hace mucho tiempo que cuando nos jubiláramos, nos retiraríamos en Badajoz. Mi mujer es extremeña y su familia vive en Extremadura.

–¿Qué impresión tuvo cuando llegó?

–¡Muy diferente de Inglaterra! El entorno, el estilo de vida. Aquí se vive mucho en la calle.

–¿Cuál es la mayor diferencia entre el modo de vida de aquí y el inglés?

–Los horarios.

–¿Cómo le recibieron?

–Muy, muy bien. La mayoría de los extremeños que he conocido han sido muy acogedores y se han interesado en hablar sobre las diferencias entre la vida en Inglaterra y la vida en España. He descubierto que la mayoría de las personas, al menos en Badajoz, asumen que debo ser de Londres y se sorprenden al saber que no solo no soy de Londres, sino que cuando vivía en Inglaterra no me gustaba visitarlo, solo por trabajo. Demasiada gente y demasiado ruido.

–¿Tardó en adaptarse?

–Una mezcla. A algunas cosas me acostumbré de inmediato. Algunas otras necesitaron más tiempo como, por ejemplo, el clima. Vine a vivir en Badajoz en el mes de octubre, así que no experimenté mi primer verano extremeño hasta 8 o 9 meses después. Cuando llegó, no me sorprendió el calor; después de todo, España es un país caluroso. Lo más difícil de afrontar fue que el calor durara tanto tiempo, día tras día, semana tras semana de temperaturas altas. Finalmente, hay algunas cosas a las que creo que no me acostumbraré, como el ruido ambiental. Los españoles hablan mucho, ja, ja...

–¿Hay algunas costumbres que le hayan llamado la atención?

–La estructura del día es muy diferente aquí en Extremadura. Estoy jubilado, y los horarios no han sido un problema para mí, pero creo que si hubiera venido a trabajar, entonces habría encontrado el horario más difícil: terminar el trabajo a las 3 habría sido bueno, pero regresar nuevamente a las 5 después de un gran almuerzo, ¡imposible!

–¿Qué echa de menos en el lugar donde vive?

–Mi familia, sin duda. Mi madre que tiene 90 años, y mis 3 hijas y 6 nietos. Yo uso FaceTime pero no es lo mismo.

–¿Cómo ha cambiado su visión de la región?

–He estado viniendo a la región durante casi 26 años. Cuando llegué aquí, veía a Extremadura como un extraño y veía una región muy diferente de lo que conocía en Inglaterra, una región que parecía un poco anticuada, desconectada del mundo exterior y poco sofisticada. No estoy seguro de si esas primeras impresiones fueron completamente justas, pero creo que hubo un elemento de verdad en mi interpretación de lo que vi. ¿Han cambiado mis puntos de vista? ¿Ha cambiado Extremadura? Sí, es la respuesta a ambas preguntas. Extremadura enfrenta algunos de los mismos desafíos que mi región de origen en Inglaterra. Está situada a cierta distancia de los centros de poder y tiene una economía históricamente agrícola que ahora no puede proporcionar suficiente empleo a sus ciudadanos. Necesita encontrar nuevas formas, nuevas industrias para seguir avanzando.

–¿Qué es lo que más le conquistó de esta tierra?

–¡El jamón, el queso y el vino!

–¿Suele recomendar visitar Extremadura?

–Sí, ¡por supuesto! Hay mucha historia para ver en Extremadura: en Badajoz, Cáceres y Mérida. Sin embargo, sobre todo, la gente debería venir por la comida y el vino y a relajarse.

–¿Le gusta el clima extremeño?

–Sí, tres de las cuatro estaciones: el invierno, comparado con Inglaterra, muy leve; la primavera, preciosa; el otoño, mi época favorita del año; el verano, ¡una pesadilla!

–¿Qué destacaría de los extremeños?

–Positivo, mucho, incluido el amor a la vida y la amistad. Negativo, a veces demasiado interno, mirando en su pensamiento.

–¿Qué cree que necesita Extremadura para su desarrollo?

–Más espíritu emprendedor. Quizás un cambio de actitud. He escuchado a personas decir que no quieren más visitantes en Badajoz porque ocuparán más las tiendas y los bares. ¡Conexiones de transporte! Le falta el tren, un medio muy, muy importante para su desarrollo.

–¿Los servicios públicos con los que cuenta son suficientes?

–Para mí todo ha sido bueno. La ciudad ofrece muchas actividades culturales.

–¿Cuáles son sus sitios favoritos de la región?

–El campo de Golf Guadiana y Plaza Alta en Badajoz. El centro antiguo de Cáceres, sierra de Gata. Hay un sitio, un poco raro y difícil de descubrir. Si conduces desde Badajoz a Cáceres, la primera parte del viaje es plana y luego el camino se vuelve más accidentado, con algunas curvas cerradas. Después de varios kilómetros, el camino sale de las colinas, y de repente, frente a ti, hay una vista que para mí es Extremadura. Se puede ver un largo camino sobre campos con olivos y vides y en la distancia se encuentran las montañas del norte de Extremadura. Temprano por la mañana, cuando sale el sol, es mágico.

–¿Dónde viajará este verano?

–¡Este verano, no sé! En años anteriores frecuentemente fuimos a Sesimbra, en Portugal

–¿A qué dedica su ocio?

–Al golf.

–¿Suele acudir a fiestas de interés turístico o a acontecimientos culturales?

–Hemos estado en varios festivales locales, incluidos varias veces el Festival Internacional de Teatro de Mérida; la batalla de La Albuera y la Feria del Jamón de Jerez de los Caballeros. Y en muchas procesiones en Semana Santa, entre otros...

–¿La cercanía con Portugal es un aliciente?

–Sí, sin duda Portugal es un valor añadido a la ciudad de Badajoz muy importante, hace más interesante vivir aquí. Suelo ir a Elvas, Lisboa y Sesimbra.

–¿Qué es lo que más le gusta de la gastronomía extremeña?

–El jamón, el queso y el vino.

–Para terminar, defina Extremadura en tres palabras.

–Alimentación, amistad y, para mí, casa.