Vecinos de Talavera piden solución a una casa convertida en palomar
Arrullan desde las seis de la mañana, sus plumas atascan las bajantes y llenan todo de excrementos, dicen los afectados
Juan Antonio Moreno Moreno, un vecino que reside en el centro de Talavera la Real, ha llamado la atención sobre el grave problema que sufre ... desde que las palomas se adueñaron de una vivienda anexa a la suya que lleva desocupada más de 25 años. Su lucha comenzó hace cuatro años pero en las últimas semanas ha entrado en una nueva fase.
La razón está en que un grupo de vecinos se han unido a su causa colocando en los balcones pancartas en las que piden una solución. «Puede haber cerca de 200 palomas, es insoportable. Nuestras terrazas se llenan de plumas, hay excrementos en todas partes y a las seis de la mañana comienzan los arrullos. Es increíble el ruido que pueden hacer desde bien temprano».
La primera vez que Juan Antonio alertó del problema fue en 2018. Era el mes de agosto y decidió ponerse en contacto con los herederos de la casa, que lleva desocupada desde finales de la década de 1990.
Hubo respuesta y un albañil colocó cartones en las ventanas para evitar que las palomas pudieran entrar en la casa. Pero esa solución provisional se quedó corta y en agosto de 2019, después contactar de nuevo con la propiedad, decidió poner los hechos en conocimiento del Ayuntamiento de Talavera.
En ese momento ya eran 20 los vecinos que pedían solución a las palomas. Juan Antonio era el principal perjudicado pero otros residentes de la calle Real y de la calle Doctor Fleming se unieron a la reivindicación tras comprobar que el ruido y la suciedad les afectaba a todos.
Tampoco se solucionó y en marzo de 2020 se dirigió al veterinario del Centro de Salud de Talavera para comunicarle «el problema sanitario» que existía. «Al día siguiente vino, miró y me dijo que trataría de darle solución. Pero fue el 13 de marzo, la víspera de la pandemia, y como es lógico todo se paró».
En ese momento ya aportaron los informes médicos de tres vecinos que se podrían ver perjudicados por las palomas. Uno de ellos padecía de asma y otro presentaba una insuficiencia pulmonar. «Queríamos que se tuviera en cuenta que el problema era de salubridad y también de salud».
Pocos meses después vieron que estaban sacando muebles de la casa y les llegaron noticias de que iba a ser derribada. Incluso escucharon que la familia propietaria había encargado un presupuesto a una empresa especializada que les pidió alrededor de 20.000 euros por echarla abajo.
Pero nada se materializó y en enero de 2021 Juan Antonio volvió al veterinario para insistir en la denuncia. «En ese momento la cosa había empeorado, contábamos alrededor de 200 palomas». No se cansó de insistir y en el verano de 2021 se acercó al Ayuntamiento para hablar con la alcaldesa, a la que entregó varias noticias de prensa en las que se informaba de las medidas que habían tomado ayuntamientos como los de Villanueva de la Serena o Mérida para reducir la población de palomas. Al tiempo, se puso en contacto con un abogado para que enviara un escrito al Ayuntamiento solicitando que se adoptasen medidas.
En estas últimas semanas la lucha ha entrado en una nueva fase con la colocación de pancartas en los balcones de las viviendas más próximas a la casa convertida en palomar. «Hay vecinos a los que les ha entrado el agua porque se les han atascado las bajantes por la acumulación de plumas y suciedad. Y no es solo eso, el ruido que hacen las palomas comienza en verano a las 6 de la mañana. Es duro escuchar de forma continua el 'gru' 'gru'».
Manuela Sancho, alcaldesa de Talavera, reconoce que existe un problema y asegura que desde el Ayuntamiento se han tomado las medidas a su alcance. «Nosotros hemos sancionado a los propietarios de esa vivienda por no tener adecentada la fachada, por la suciedad, por el riesgo de caída de cascotes... Pero no podemos actuar dentro de la casa porque es una propiedad privada».
Sancho explica que en todo este tiempo se han dirigido a los herederos para pedirles que actúen. «Les hemos sancionado por nuestra ordenanza, pero no podemos actuar en el interior».
Para hacerlo, añade, es necesario que el vecino afectado denuncie los hechos en el juzgado. «Debe ser el juez el que obligue a actuar en la casa y el que determine qué indemnización deben pagar los propietarios al vecino afectado por los daños causados».
De momento, el Ayuntamiento ha instalado seis jaulas para cazar palomas en el silo y el antiguo cuartel, por ser edificios municipales, y también en algún edificio particular con autorización de su dueño. «Están dando resultado, pero en la zona en la que existe este problema no podemos poner jaulas. Estamos haciendo todo lo posible, pero no tenemos la solución en nuestra mano».
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