Las UCI extremeñas se abren para que los familiares puedan acompañar a los pacientes
La Consejería de Salud apuesta por potenciar la 'empatía compasiva' en la sanidad y avanza en la adecuación de espacios acogedores
Ana B. Hernández
Lunes, 15 de julio 2024, 07:17
Los pacientes ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) también pueden estar ya acompañados por sus familiares. «Aunque no hay un horario común a ... todas ellas y en cada una se ajusta el mismo a la situación puntual de la unidad, la implicación absoluta de los sanitarios que trabajan en las UCI está haciendo posible que sean de puertas abiertas», afirma José María Villa, subdirector de Cuidados y Humanización del SES.
Se trata de un paso importante en la humanización de la sanidad por la que apuesta la región en sintonía con las recomendaciones marcadas por la OMS y las diferentes sociedades científicas. «Organismos nacionales e internacionales que defienden el fomento de la 'empatía compasiva', que va más allá de ponerse en el lugar del otro, atendiendo a sus circunstancias familiares y sociales, no solo las físicas, para tratar de resolver sus problemas», explica Villa.
Es un concepto que forma parte de la humanización de la sanidad en la que se lleva tiempo trabajando, pero en la que se ha avanzado de manera decidida en los últimos años. «El punto de inflexión fue la Ley de información sanitaria y autonomía del paciente de 2005 y desde entonces se han ido sucediendo diferentes iniciativas para fomentar una atención centrada en la persona, priorizando su participación en la toma de decisiones».
Una atención, explica el subdirector de Humanización del SES, que traspasa el aspecto puramente físico para abarcar la dimensión social, familiar, emocional e incluso espiritual del paciente y realizar un abordaje integral de su problemática. «Para reforzar también así una medicina colaborativa y no paternalista».
Se trata, en definitiva, «de poner en valor la dignidad del paciente con una atención personaliza escuchando lo que necesitan, también sus familiares, y no lo que creemos que necesitan; hablamos de una escucha activa que beneficia la relación de pacientes y sanitarios», resume José María Villa.
Para ello se avanza en medidas que estrechan la interacción y que, en el caso de las UCI, la apertura de sus puertas es una de las medidas más destacadas. «Me ha sorprendido mucho y me ha alegrado más que la información se nos dé a pie de cama y no en un frío despacho como antes y que, además, se nos permita acompañar al familiar que tenemos ingresado», afirma Juan Andrés Almoril.
Comunicar malas noticias
Su padre lleva dos semanas en la UCI de Mérida, una de las más avanzadas de la región en humanización. «Nos explican la evolución de mi padre de 13.30 a 14.30 horas y estando a su lado, pero después podemos hacerle compañía desde las 16 a las 21 horas y los sanitarios nos siguen detallando qué le hacen, para qué es, a qué se debe el pitido de cualquiera de los muchos aparatos que hay». Juan Andrés Almoril asegura que «estamos encantados, esta forma de funcionar es de agradecer porque se genera un ambiente de más confianza, que nos beneficia a todos, que nos ayuda a valorar mucho más la labor de los sanitarios y que da tranquilidad a los pacientes y a sus familias».
Las UCI abiertas, la posibilidad de que familiares acompañen a los pacientes, es solo uno de los pasos que se han dado en la humanización de estas unidades técnicas y complejas, «porque la humanización ya no es una opción, sino un compromiso con la sociedad», deja claro el subdirector del SES. De ahí también que se hayan puesto en marcha en los diferentes hospitales otras iniciativas como «el mural de la gratitud o los 'paseos que curan', para que los pacientes a los que se puede movilizar vean la luz y respiren al aire libre».
Igualmente han comenzado, entre otras muchas, las consultas postuci, para estar pendientes de las secuelas físicas o psicológicas que emergen a veces tras una hospitalización crítica; escuelas formativas para los familiares, en las que se dan nociones básicas para ayudarles en el manejo en casa de los enfermos o para que conozcan el funcionamiento del aparataje hospitalario; y también seminarios para mejorar la formación de los sanitarios en la comunicación de las malas noticias. Sin olvidar otras medidas que buscan crear entornos más íntimos, para ello se han cerrado los boxes, y más acogedores con plantas, pinturas, dibujos esperanzadores y mensajes positivos.
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