Las Tres Campanas ya es un gran local de hostelería que abrirá tras las fiestas navideñas
Cada planta tendrá un uso distinto y los dueños calculan que dará empleo a unas cincuenta personas a pleno rendimiento
Hay un edificio en la plaza de la Soledad, concretamente en el número 4, que hace girar el cuello tanto a turistas como a pacenses ... de toda la vida, las Tres Campanas. Su último uso fue el de juguetería y ahora está a punto de estrenarse como cafetería-cervecería en la planta baja planta, restaurante en la primera, zona de eventos en la segunda, de copas en la tercera, y una terraza con piscina como espacio chill out que sirve de atalaya desde donde descubrir nuevos puntos de vista del Casco Antiguo. De la Giraldilla, del Museo de Bellas Artes, del convento de Santa Ana o del Puente de Palmas o el río Guadiana. Los dueños, la familia Guerrero, espera abrir todo este complejo dedicado a la restauración en pleno corazón de la ciudad «a principios del próximo año en cuanto pasen las navidades». En total, calcula que dará empleo a unas 50 personas, cuyos currículums han comenzado a recibir.
HOY accedió ayer a su interior y ha comprobado que si el conjunto ya impresiona desde la fachada, ahora lo más impactante se adivina a ras de acera por el tiempo que lleva cerrado y en obras. En cuanto se abren las puertas aparece una estancia inmensa recubierta en madera donde el aroma a barniz estimula las fosas nasales. «La poca gente que lo ha visto dice que esto es como un viaje en el tiempo», señala David Guerrero, uno de los promotores que ha conseguido rescatar este inmueble, un inmenso local de hostelería recubierto en madera ahora mismo sin parangón en Extremadura.
El edificio data de 1899 y los detalles del siglo pasado se van revelando al visitante desde el primer paso, con una claraboya acristalada en el suelo que es la original que se supone sobrevivió al incendio del 6 de diciembre de 1911, igual que una vidriera en un lateral donde aparecen por primeras vez dibujadas las tres campanas sobre un barco transportando paquetes de cuando en el lugar aún trabajaban costureras. No hay más que avanzar un par de metros para seguir pisando una parte de la historia de Badajoz.
El primer propietario del edificio fue el empresario y mecenas Luis Ramallo Figueredo y la responsabilidad del peculiar aspecto actual, conseguido tras el incendio referido, es del arquitecto Ventura Vaca. De la decoración interior se encargó Ramón Cardenal y la dirección de obra se atribuye a Adel Pinna.
«Este suelo de madera estaba oculto bajo una capa de pvc y cuando lo hemos recuperado hemos descubierto estos rombos y otras formas geométricas», relataba ayer Guerrero señalando hacia abajo con un asombro que aún no se ha sacudido tras varios años de obras. Los detalles son inagotables: las luminarias, los interruptores de principios del siglo XX, los capiteles y el fuste tallado en madera de las 16 columnas que sujetan la planta baja, cada relieve del artesonado o las escaleras de caracol donde cruje cada peldaño y que te elevan por sus paredes recordando otras funciones del pasado.
Como se sabe, lo que empezó siendo unos grandes almacenes de textil donde se exhibían telas, bordados, toallas, pañuelos y trajes se terminó convirtiendo en una juguetería que todavía recuerdan muchos niños nacidos hasta la década de los ochenta.
Ahora esos niños degustarán allí un café o una cerveza (Estrella Galicia ha sido la marca elegida). «La barra –prosigue pasando la mano por encima– está hecha con las partes de los mostradores que hemos recuperado de cada planta», detalla el dueño antes de explicar lo complicado que ha sido encontrar unos tanques para la cerveza de bodega 1906 cuya estética no chirriara en semejante espacio. Este, tal y como recuerda gran parte de los pacenses, está atravesada por varios agujeros con forma de óvalo de donde pende un reloj de aguja y números romanos, otro de los signos más reconocibles de Las Tres Campanas y que marca el eje geométrico del interior.
Los detalles de la fachada, con sus balaustradas y el remate de dos cupulines laterales con un reloj en el centro, así como el prodigioso diseño técnico en el interior para unir a través de pilares una y otra planta merecen un capítulo aparte. Y es que cualquier historiador local disfrutaría haciendo una visita guiada solo por la planta baja. Por lo innovador que fue en su momento, aparece al fondo el ascensor original, de 1917, de la marca c. Bloc, con banco y espejo, y que podía transportar hasta diez personas, ascensorista incluido. A un lado, entre las mesas y sillones tapizados como hace un siglo, se aprecia el montacargas que recuerda su primitivo uso relacionado con la industria textil. Ahora el hueco original del ascensor ha sido recuperado para ir de una planta a otra ya con un mecanismo actual.
Anteproyecto desde 2010
Como se sabe, Caja Rural adquirió este singular edificio en el año 2000, pero no concretó ninguno de sus planes después de que se especulara con que trasladara allí sus oficinas. La familia Guerrero lo compró en 2007 y en febrero de 2010 el alcalde Miguel Celdrán vio el anteproyecto que acababa de llegar a los servicios urbanísticos. Trece años han pasado desde que presentaron su idea al Ayuntamiento, pero quienes han trabajado dentro creen que el resultado ha merecido la pena. El edificio, que tiene 125 años de antigüedad, goza de la máxima protección urbanística, lo cual ha ralentizado cada paso que se ha dado tanto por fuera como por dentro. Esto provocó que hubiera que solventar innumerables permisos administrativos y que las obras no comenzaran hasta finales de 2018.
Ya en el lateral se aprecia la otra parte del proyecto, un hotel boutique de cuatro estrellas que tiene listas sus quince habitaciones y del que ya se aprecia su fachada, mucho más moderna, por la calle lateral de duque San Germán. El hotel tiene una piscina de 18 por dos metros y medio en la azotea y está conectado por dentro al edificio de Las Tres Campanas.
En la pasada edición de la Noche en Blanco, celebrada a mediados de septiembre, una cortina traslúcida ya dejaba adivinar su interior. La gente se asomaba y hacía algún comentario elogioso de un lugar que ni siquiera estaba incluido en el recorrido y al que ahora apenas le quedan unos meses para abrir sus puertas, quizás semanas, un plazo que sus dueños prefieren no aventurar hasta que todo esté prácticamente en su sitio evocando el lugar que fue hace 125 años.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
- 1 Trasladan a Madrid a las dos personas con heridas «muy graves» en el incendio en Navalmoral de la Mata
- 2 Un muerto en un accidente de tráfico en Higuera la Real
- 3 La Junta Electoral Central ordena abrir dos expedientes sancionadores a Guardiola
- 4 Una menor de dos años da positivo en cocaína tras retirarle la custodia a sus padres por desnutrición y suciedad en Málaga
- 5 La madre de la niña de cuatro años salvó la vida de su hija al no hacer caso al anestesista y llevarla al hospital
-
6
La Policía Nacional registra el Materno de Badajoz por la desaparición de fentanilo
-
7
Minuto de silencio por la muerte de Toné, el profesor fallecido en un accidente en Logrosán
- 8 El sorteo de La Primitiva deja 35.000 euros en Extremadura este jueves
-
9
Iluminación navideña en Badajoz: un cable tensado sobre la torre de la Catedral
-
10
Detenido el jefe de Estupefacientes de la Policía Nacional de Valladolid en una operación antidroga
-
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad