El SES utiliza un sistema de alarmas para que no haya fallos en el cribado de cáncer de mama
Las mamografías para detectar tumores de forma temprana en Extremadura están dirigidas a mujeres de 48 a 69 años
El SES utiliza un sistema de control y gestión del cribado de cáncer de mama basado en alarmas y comprobaciones continuas para que todo ... funcione correctamente y no haya fallos. Se trata de un programa que sale adelante gracias al trabajo de médicos de atención primaria y hospitalaria, enfermeros, auxiliares, administrativos, unidades específicas… En definitiva, un amplio dispositivo que trabaja para que nada se escape. Y en esa cadena hay un eslabón fundamental, la denominada unidad de gestión y control.
La forman ochos profesionales en los servicios centrales del SES en Mérida. Son dos médicos, cuatro auxiliares administrativos y dos enfermeras.
Lo primero que hace el SES es invitar a la población diana (mujeres de 48 a 69 años) a participar en el cribado a través de una carta que llega a su domicilio. A ellas se suman quienes tienen entre 40 y 47 años con algún antecedente familiar de cáncer de mama de primer grado.
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En esa carta ofrecen a cada mujer un lugar, un día y una hora para realizar la prueba. «También explicamos que tras la prueba, entre 30 y 45 días después, tienen que acudir a su médico de familia para saber los resultados de la mamografía», apunta María José Macías Ortiz, responsable de programas, promoción de la salud y prevención de la enfermedad de la Dirección General de Salud Pública del SES. Indica que también realizan un análisis de las cartas que son devueltas, ya sea por un cambio de dirección, un domicilio incorrecto o la ausencia de la destinataria.
El cribado se hace por regla general cada dos años, pero en ocasiones hay que volver a someterse a él antes (a los seis meses o los 12) porque así lo considera el especialista. Además, cada mamografía la analizan dos radiólogos de forma independiente, es decir, no saben el resultado que va a dar el otro profesional.
Este puede ser 'normal' y en ese caso mandan el resultado al médico de familia y no hay que realizar pruebas complementarias; 'maligna' y se deberá realizar una biopsia para confirmar o descartar la presencia de células cancerígenas, o 'probablemente benigna' o 'probablemente maligna'.
Prueba complementaria
Cuando hay probabilidad de un resultado positivo o negativo los radiólogos necesitan hacer una nueva prueba como una ecografía con el fin de completar el estudio y llegar al diagnóstico. Ante eso, la unidad de control y gestión notifica a cada mujer el resultado por carta. «En nuestro programa informático van saliendo alarmas, es decir, mensajes que indican que necesitan continuar con pruebas adicionales. Desde el equipo técnico de la unidad central de gestión del cribado estamos pendientes a diario de esas alarmas y comprobamos varias veces en una misma jornada por si entran nuevas», explica Macías. Además avisan al médico de familia de que una de sus pacientes debe continuar el estudio. «Es un doble chequeo», insiste.
«Y esa segunda prueba va muy rápido», recalca. «Tanto es así que el servicio de Radiología cita a la mujer para la prueba de imagen complementaria y en muchas ocasiones cuando el médico de familia llama a su paciente o esta recibe la carta, el servicio especializado ya la ha citado», añade. Eso se traduce en un plazo de diez a 30 días.
Tras ello la unidad de control verifica que se ha solicitado dicha prueba, se ha realizado y se ha visto en la consulta el resultado. A partir de ahí el radiólogo pauta que vuelva al cribado a los seis meses, a los 12 o a los dos años, o bien ya contactan con la Unidad de Mama en la que trabaja un equipo multidisciplinar porque hay un diagnóstico de tumor maligno y debe ser tratado.
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