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El Road Show, llenar un teatro de jóvenes para salvar sus vidas

El Road Show, llenar un teatro de jóvenes para salvar sus vidas

Esta iniciativa consiste en ofrecer el testimonio de las víctimas, los sanitarios y los policías para concienciar al público sobre la seguridad vial

n. r. p.

Domingo, 20 de mayo 2018, 09:09

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Arranca con una fiesta. Los espectadores ven sobre el escenario del teatro cómo unos jóvenes bailan, beben y se divierten. Pero todo cambia muy rápido. Se suben a un coche y hay un accidente. Comienzan a desfilar los protagonistas del siniestro. Además de las víctimas, pasan policías, bomberos, sanitarios, etc. Este proyecto se llama Road Show y ha sido galardonado con el premio Mejor Acción de Seguridad Vial.

La iniciativa depende de la asociación Trafpol (Policías de Tráfico). En Extremadura su delegado es Antonio Caballero, policía local en Badajoz. Explica que esta idea se introdujo en España en 2003 y comenzó en la región en 2007. Eso sí, depende de los patrocinadores, de lograr financiación para poder organizar las acciones.

El Road Show cuenta, como apoyo fundamental, con los testimonios de las víctimas. Por ejemplo colabora Aesleme ( Asociación por la prevención de accidentes de tráfico y ONG de atención a víctimas de accidentes). A través de este colectivo participan personas con lesiones medulares o incluso padres que han perdido a sus hijos. Ese día, además, están acompañados de los profesionales que, por su trabajo, ven este tipo de siniestros a diario.

Toni Márquez es uno de los voluntarios que colabora en los Road Shows. Es guardia civil desde hace 27 años, 22 de ellos en Tráfico. Le gusta colaborar en la iniciativa. «La seguridad vial no solo es solo patrullar, atender accidentes o poner denuncias. También es concienciar».

En los montajes habla a los espectadores del caos que se vive al llegar a un accidente. «Hay gritos, gente llorando, cristales por el suelo». También les trasmite que su objetivo no es multar, sino ayudar. «Hubo un accidente en Villafranca de los Barros. El conductor no llevaba el cinturón, salió despedido y lo aplastó su propio coche. Cuando ocurre algo así, acudimos días después a la zona para controlar y veíamos que la gente seguía igual, sin cinturón. Paras y denuncias a alguien y se enfada. Dan ganas de decir: ¡Qué a lo mejor te he salvado la vida!».

José Antonio Domínguez lleva 19 años llegando a los accidentes a bordo de una UME (Unidad Medicalizada de Emergencia), primero como conductor y luego como técnico. Ahora, además, participa en charlas para concienciar sobre los accidentes de tráfico. En su intervención se coloca unos guantes como los que usa para trabajar, se los enseña a los jóvenes que escuchan y les dice:«¿os los imagináis lleno se sangre por sujetar un cráneo deshecho?». Así logra impactarlos, pero detrás de su testimonio no hay sensacionalismo, es la realidad. Es su día a día.

Este pacense ha visto centenares de accidentes. Uno de ellos se le ha grabado y suele contarlo en las charlas. Viajaban cuatro jóvenes en un coche, dos de ellos chicas. Metieron a una, de 16 años, en la ambulancia y tuvieron que reanimarla dos veces porque su corazón se paraba. Salió adelante. «Te sientes orgulloso, pero yo solo pensaba en la otra, que era su prima, que se quedó en el coche. Por ella solo pude hacer esto», dice José Antonio mientras coge una manta térmica y finge que la coloca sobre un cadáver. Es el gesto que hace para impactar a los estudiantes en los montajes. «Luego les digo:por favor, no me hagáis repetirlo con vosotros».

Los bomberos también colaboran en este programa. Pedro Cancho, oficial de Consorcio de Bomberos de la Diputación Provincial de Badajoz, explica que les gusta participar y que, además, al tener 15 parques en la provincia, pueden acudir efectivos de la localidad por lo que los participantes conocen de cerca al profesional que atiende los accidentes.

El Road Show termina con un médico. Uno de los que ayuda en Extremadura es el doctor José Luis Calatayud, un traumatólogo que lleva tres décadas en el Servicio de Urgencias del Hospital Infanta Cristina de Badajoz. El les habla de las escenas que se encuentra en su trabajo y a las que está tristemente acostumbrado. «En 33 años a lo que no me he acostumbrado es a la pregunta que te hace una madre o un padre cuando le dices que su hijo se ha quedado parapléjico o ha fallecido. Siempre preguntan lo mismo:¿por qué?».

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