Porquerizo de toda la vida
Caricatura ·
Éric Vuillard publica en España 'Conquistadores', basada en un Pizarro bruto y analfabetoSe llama Éric Vuillard (Lyon, 1968). En 2017 fue premio Goncourt, el galardón literario más prestigioso de Francia, por 'La orden del día', un libro ... sobre el Tercer Reich en sus inicios. Vuillard publicó en 2009 una narración histórica titulada 'Conquistadores' que acaba de publicar en España Tusquets. ¿Cuál es el interés extremeño de esta novela que, como el resto de la obra de Vuillard, dibuja el marco histórico completo de sus protagonistas? Pues Pizarro. Sí, 'Conquistadores' trata sobre el colonialismo, sitúa el punto de partida en la conquista de Perú y el personaje principal de la trama es el extremeño Francisco Pizarro. ¿Pero qué Pizarro?
El análisis del colonialismo presente en 'Conquistadores' es interesante, incluso brillante, pero el Pizarro que nos presenta es una caricatura, además de perpetuar un caso de posverdad y manipulación que nos atañe. Se trata del Pizarro iletrado y porquerizo que destruye una dinastía poderosa de América y somete a seis millones de habitantes del Perú con un grupo de brutos liderados por un analfabeto bastardo. 180 soldados españoles acaban con 10.000 indios gracias al maquiavelismo y la hipocresía de Pizarro, que se muestra religioso por un lado y sanguinario en la realidad.
Pasan los años, se suceden las investigaciones históricas y las biografías rigurosas de Pizarro, pero nada cambia: sigue siendo un porquerizo basto y analfabeto convertido en cacique cruel, retrato que viene bien a cualquier novelista. Que la realidad no te estropee una buena historia... ¿Qué personaje resulta más subyugante, el porquerizo despiadado o el hidalgo inteligente, hijo de una familia noble de Trujillo, experto en el arte de la guerra, tras su paso por los tercios en Italia, conquistador de Perú, intentando ser un ejemplo de buen gobierno al proteger con leyes la ciudad de Cuzco y prohibir que se mataran indios si no era en el campo de batalla? El porquerizo, sin duda ninguna.
María del Carmen Martín Rubio cuenta en un riguroso libro biográfico que Francisco Pizarro era hijo bastardo de Gonzalo Pizarro y de una chica campesina empleada con unas monjas. Además, era nieto del regidor de Trujillo. Tras pasar un tiempo en el ejército de Italia, no se fue a Perú por ser pobre, sino por emular a su padre, capitán de los Reyes Católicos. Derrotó a los incas a base de inteligencia, estrategia y sorpresa y se negó a que Atahualpa fuera ajusticiado y a que se masacrara a los indígenas en tiempo de paz.
Pero por más que lo expliquen, nos mola más, a nosotros y al premio Goncourt, lo del porquerizo que cambia su piara de cerdos que el imperio inca. Entre el analfabeto bastardo de Vuillard y los historiadores catalanes Jordi Bilbeny, Pep Mayolas y Víctor Cucurull defendiendo que Francisco Pizarro no había nacido en Trujillo, sino en Cataluña y su nombre era en realidad Francesc de Pinós de So i Carrós, largo apellido que, al contraerse, devino en Pizarro, es imposible acabar con la leyenda y la ocurrencia.
«¿Cuándo se jodió el Perú?» es una pregunta retórica extraída del libro 'Conversación en la catedral' (1969) de Mario Vargas Llosa. El personaje que se plantea tal cuestión se llama Zavalita. Las respuestas se han sucedido a lo largo de los años. Muchas señalaban a Pizarro como culpable de la jodienda nacional hasta que la historiografía moderna peruana ha empezado a recuperar la verdad y a presentar un Pizarro más humano y valiente que codicioso y asesino. Pero esa versión no ha llegado a Francia ni a Vuillard, a quien le viene mejor el porquerizo brutal para sustentar sus teorías, tan interesantes como basadas en un personaje inventado.
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