La nueva generación de médicos extremeños
Más de 200 jóvenes nacidos al inicio del siglo y de distintas partes del mundo se forman en hospitales y centros de salud para en un futuro curar las enfermedades en la región
Son nativos digitales, ambiciosos, alumnos brillantes que en selectividad alcanzaron casi la perfección y que desde este verano han cambiado las aulas por un ... hospital. Han pasado de estar diez horas diarias delante de los libros a mirar a los ojos a un paciente. Su vida laboral acaba de empezar y la mayoría está cumpliendo un sueño: ejercer la vocación por la que tanto se han esforzado. La nueva generación de médicos extremeños ya está aquí.
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Desde junio, más de 200 jóvenes nacidos con la llegada del nuevo siglo se forman en los hospitales y centros de salud de Extremadura para curar las enfermedades de toda una región. Se han preparado durante siete años (seis de carrera universitaria y uno de estudio del examen MIR) y vienen pisando fuerte.
Aunque muchos se han criado en esta comunidad, también los hay que llegan desde distintos puntos de España e incluso Asia, África y América del Sur.
Marko Klatev, de madre croata y padre búlgaro, nació en Valladolid pero vive desde los 15 meses en Badajoz. «Soy pacense», dice entre risas este joven de 24 años que ha empezado a formarse en Psiquiatría Infantil, la especialidad que se implantó en el SES en 2023 y que ya se ha consolidado como muy necesaria. «Cuando era pequeño quería ser forense, pero a los 14 ya decidí ser psiquiatra. Veía series de criminología y luego empecé a interesarme por la mente humana y la salud mental», comenta tras asegurar que en un futuro, cuando finalice el lustro que le queda por delante de formación especializada, quiere quedarse en Extremadura, aunque no descarta otras opciones.
«Mi familia está aquí y la calidad de vida en la región está muy bien. No es muy cara y cada vez es más difícil independizarse, así que eso es muy importante. Además, también se puede alcanzar el éxito médico. Estamos en un hospital de referencia que nos va a llevar a ver una gran variedad de casos y a formarnos de una manera muy completa», dice junto a su pareja, María Montaña Castrejón, que también ha empezado a formarse en el Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz como MIR.
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En su caso ha elegido la especialidad de Otorrinolaringología. «Vimos la posibilidad de hacer el MIR en Andalucía, pero decidimos quedarnos en Extremadura y el futuro me lo planteo aquí», afirma esta joven de 24 años que, como todos los médicos de su promoción, se topó con una pandemia en el ecuador de su carrera universitaria. «La covid nos cogió cuando estudiábamos tercero. Tendríamos que haber tenido una semana de prácticas en varios servicios y no pudo ser hasta el siguiente año. Eso cuartó un poco lo que teníamos que hacer, así que ahora estamos descubriendo el ejercicio de la Medicina de verdad», dice ilusionada por su toma de decisión. «La gente piensa que en Extremadura no hay nada y que no tendrá las mismas oportunidades que en regiones con grandes ciudades como Madrid o Barcelona, pero eso poco a poco está cambiando. Se van ampliando los horizontes, aunque nos queda mucho por recorrer», comenta María Montaña, que incide en la idea de que esta comunidad permite construir un futuro de éxito. «Hay compañeros en otras regiones que no se pueden permitir pagarse un alquiler y se ven obligados a compartir piso. Nosotros sí tenemos esa posibilidad con el sueldo que cobramos», añade.
En el primer año de residencia el salario de un MIR ronda los 1.100 euros netos al mes sin guardias. Cuando estas se suman se incrementa y llega a los 1.800. Cada año esa retribución es más alta y antes de convertirse en especialistas cobran en torno a 2.500 euros netos con guardias.
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Guardias
Precisamente, de esas 24 horas en las que se tienen que mantener despiertos para atender a pacientes habla esta nueva generación. «Es un reto. Hago guardias en Medicina Interna y en la puerta de Urgencias. Dar todo de ti durante tanto tiempo es muy cansado y obviamente no se atiende igual de bien a un paciente cuando no has dormido nada. Como estamos aprendiendo no tenemos la responsabilidad plena, así que nos iremos acostumbrando y haciéndolo mejor», comenta Marta García, que fue una de las extremeñas con mejor puntuación en el examen MIR de esta convocatoria. De entre 15.000 aspirantes quedó en la posición 219.
También fue la primera en elegir esta tierra para formarse, pese a que podía escoger cualquier hospital del país. «Buscaba un centro con las mejores posibilidades de diagnóstico y tratamiento y no quería una ciudad grande, así que Badajoz era la mejor opción. Estaba cerca de mi familia, que es lo más importante», comenta Marta.
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Y no se arrepiente. «Si supieran lo bien que se trabaja en Extremadura se fijarían más en esta región. Esa es una de las armas más fuertes que tenemos para atraer médicos», añade.
«Este mes está siendo muy bonito e intenso», cuenta tras explicar que durante el primer y segundo año de formación todos los MIR rotan por servicios relacionados con la especialidad elegida. En su caso optó por Oncología Médica y actualmente está conociendo cómo trabajan en Medicina Interna en el Hospital Universitario de Badajoz. «Estoy aprendiendo mucho y a manejarme con los pacientes, que eso no lo enseñan en la carrera».
De ello habla Marta Abengózar, de la especialidad de Medicina Intensiva, es decir, que tiene que tratar con los pacientes más críticos. «He pasado de tener solo que estudiar a hablar con familiares y no siempre dar buenas noticias. Está siendo un cambio duro pero satisfactorio al ver que los años de estudio dan frutos y vales para ello», comenta esta joven emeritense de 24 años. Le gusta la adrenalina, ayudar a la gente en el momento crítico y eso lo ha encontrado en la UCI y en Extremadura. «A veces buscamos fuera lo que tenemos aquí», comenta mientras Esther Fernández, MIR procedente de Barcarrota que está haciendo Pediatría en Badajoz, deja clara su vocación. «Siempre quise ser médico y estuve muy contenta durante las prácticas de sexto en el SES. El Hospital Materno Infantil de Badajoz es de referencia en la región y lo ofrece todo. Además no hay tantos residentes por año como en otros centros, lo que supone una atención más personalizada», asegura esta joven a la que le gustaría trabajar en esta tierra y convertirse en médico especialista en Extremadura.
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