La mina de Cañaveral, el proyecto más avanzado

El paso más reciente dado por la empresa fue la presentación ante la Junta de Extremadura el pasado 22 de enero de la comunicación formal de su interés por explotar este yacimiento, a la vista de los prometedores resultados obtenidos en las tareas de investigación previas. Actualmente se encuentra elaborando el estudio de impacto ambiental bajo las directrices que le ha marcado la Dirección General de Industria, Energía y Minas.

Este proyecto no se había topado desde sus inicios apenas con contestación social, pero eso ha empezado a cambiar con la constitución hace pocas semanas de una plataforma contraria a la mina de Cañaveral, y la emisión por parte de varias asociaciones ecologistas de un comunicado en el que alertan de los perjuicios medioambientales que, a su parecer, causaría esta explotación minera, sobre todo en las vegas del Alagón. Las organizaciones conservacionistas han comenzado a intervenir en el procedimiento administrativo con la presentación de alegaciones.

Lithium Iberia, por su parte, espera contar este mismo año con los permisos necesarios, para empezar en 2022 a construir la planta de refinado e iniciar en 2023 la actividad extractiva, la cual planea desarrollar durante 19 años, los seis primeros a cielo abierto y el resto bajo tierra.

La empresa no ha concretado por el momento quiénes serían sus clientes, es decir, a quién vendería el litio procesado que salga de Cañaveral. Existe una alianza estratégica con Phi4Tech, la firma que proyecta la fábrica de celdas de baterías de Badajoz, cuyos responsables ya han matizado, no obstante, que la factoría se hará con o sin mina.