El 85% de los menores de 30 años extremeños vive aún en casa de sus padres
La comunidad autónoma está entre las regiones con la tasa más baja de emancipación entre los jóvenes
Javier, Alicia e Ismael toman un café en una terraza del paseo de Cánovas de Cáceres. Son las cinco de la tarde de un martes ... y entre sorbo y sorbo hablan de alquileres, estudios, trabajo y fantasean con la idea de emanciparse algún día. Tienen entre 19 y 20 años y lo ven lejano.
«Si todo me va bien, termino los estudios y encuentro un empleo me gustaría independizarme. Este verano quiero compaginar el ciclo superior de Educación Infantil que estoy haciendo con un trabajo para ahorrar y ayudar a mis padres con el piso de alquiler que me pagan», comenta Alicia Martín. Es de Plasencia, tiene 20 años y comparte piso con tres jóvenes. «En mi clase solo una compañera está independizada por completo», añade.
En la de Ismael Miguel y Javier Marcos sucede lo mismo. Cursan el grado de Ingeniería Informática y la mayoría estudian con beca y se mantienen mensualmente con el dinero que reciben de los padres. «Ya no es como antes. Nuestros padres empezaban a currar a los 16 años y después de la mili se casaban y tenían el primer hijo a los 21 o 22. Ahora todo se ha retrasado. Creo que a los 25 o los 30 es el momento de empezar a pensarlo», dice Javier.
«A eso se suma que es muy difícil encontrar trabajo de lo que estudias y tener un sueldo para salir de casa», insiste Alicia. Lo de comprar una vivienda ni se lo plantean. «Veo más viable el alquiler. Además, ahora es muy pronto para saber dónde acabaré haciendo mi vida. Son muchos factores y nada es seguro, todo es incertidumbre», afirma Ismael.
Su conversación resume a la perfección lo que hay detrás de las estadísticas. Ellos ponen cara a los números. El 85% de los extremeños que tienen entre 16 y 29 años vive aún con sus padres, según el último estudio del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España.
Empleos precarios, muchos años de estudios, jornadas parciales, trabajos que apenas duran meses y todo con el precio del alquiler de la vivienda al alza. Eso es lo que hay ahí fuera cuando los jóvenes extremeños intentan independizarse. La realidad les obliga, por regla general, a vivir todavía bajo el cobijo de sus padres.
Así es el presente de gran parte de la generación Z, ese grupo de jóvenes nacidos aproximadamente entre 1995 y 2010 y sumergidos en la tecnología. No pasan de las tres décadas y tienen grandes dificultades para volar del nido.
La tasa de emancipación de Extremadura es del 14,8%, un porcentaje de los más bajos del país, solo por delante de Castilla y León, La Rioja, Castilla-La Mancha, Andalucía y Cantabria.
La media del país se sitúa en el 16,3%, es decir, solo 16 de cada cien jóvenes residentes en España estaba emancipado a mediados de 2023.
Cataluña (20,9%) es el territorio que mejor situación presenta. Se debe sobre todo a que es la comunidad con una mayor tasa de actividad y de empleo y en la que el paro es inferior. Además, la emancipación subió en 1,5 puntos porcentuales con respecto al mismo semestre de 2022.
Es una tendencia muy distinta a la de Extremadura, donde la tasa de emancipación sufrió una caída de 4,2 puntos en un año.
Esta disminución vino acompañada de un aumento del paro en 2,4 puntos, la segunda mayor de España. Extremadura era la segunda comunidad con más desempleo entre menores de 25 años, con un 36,3%, por detrás de Andalucía (38,9%).
Jornadas parciales
A ello se suman otras aspectos que hacen que los jóvenes extremeños, aunque trabajen, no lo hagan en las condiciones deseadas. De hecho, según el Observatorio de Emancipación, en esta comunidad existe un mayor riesgo que en ninguna otra región de encontrarse subocupados, es decir, jóvenes que cuentan con un empleo de pocas horas a la semana y desean poder trabajar más tiempo, sobre todo, para conseguir un salario que les permita vivir sin la ayuda económica de sus padres.
Lo sabe bien Manuel Martín, de 24 años. Está opositando para ser profesor de Educación Física y juega al fútbol en Tercera División. «Vivo con mi novia, pero me siguen ayudando mis padres con tuppers de comida y dinero. Además, voy a su casa casi todos los fines de semana», reconoce.
«Vivo con mi novia, pero mis padres me siguen ayudando con tuppers de comida y dinero»
Manuel Martín
Tiene 24 años, oposita y es jugador de fútbol
El salario neto medio de la juventud extremeña es inferior al de España y no llega a los 1.000 euros mensuales. Lo positivo es que el alquiler de la vivienda es el más barato. En otras regiones tienen que destinar el 100% de sus ingresos para costearlo.
Sin embargo, la situación también se les presenta complicada. En esta comunidad, para que un joven viva en solitario tendría que dedicar más de la mitad de su sueldo a pagar el alquiler. Además, las inmobiliarias de la región cifran entre un 30% y un 40% el descenso de las propiedades para alquiler, lo que está provocando que el precio siga subiendo en Extremadura. En el mes de julio de 2023 lo hizo un 1,1% respecto a junio y un 3,5% respecto a julio del año pasado.
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