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Ángel Terrones recibió un trasplante de riñón el pasado 14 de febrero. Jorge Rey

«Me llamaron a las 12 de la noche y me dijeron que había un riñón para mí»

Día Mundial del Riñón ·

Tras dos años conectándose a una máquina de diálisis todas las noches, Ángel Terrones recibió un trasplante hace apenas un mes y ahora toma 24 pastillas diarias

Álvaro Rubio

Cáceres

Jueves, 9 de marzo 2023, 13:54

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La vida de Ángel Terrones, un cacereño de 63 años, cambió de repente. Casi de la noche a la mañana pasó de no tener graves problemas de salud a enfrentarse a varios a la vez. En el día Mundial del Riñón, que se celebra bajo el lema 'Prepararse para lo inesperado, apoyando a los vulnerables', echa la vista atrás y cuando ni siquiera ha pasado un mes desde que recibió su trasplante, cuenta a HOY cómo se enfrentó al diagnóstico, la incertidumbre y la llamada telefónica más esperada.

«Me llamaron a las doce de la noche y me dijeron que había un riñón para mí. Estaba ya acostado, me levanté y cogí un taxi con mi mujer de Cáceres a Badajoz», recuerda Ángel.

Cuando llegó a la capital pacense, se dirigió al centro hospitalario y entró por Urgencias del Hospital Universitario de Badajoz. Allí le subieron a la primera planta. «Me hicieron todas las pruebas y me dijeron que me iban a hacer el trasplante ese mismo día. Fueron tres horas y media de operación», comenta.

Luego, tuvo que pasar diez días en la UCI totalmente aislado. «Eso es lo más difícil. Estás solo sin que nadie pueda entrar a verte. Ni mi mujer ni mis hijos», comenta Ángel, que asegura que se enfrentó a la situación con incertidumbre, pero sin temor. «Cuanto te sucede algo así antepones la necesidad. Tienes que dejar el miedo a un lado», afirma Ángel antes de recordar cómo empezó todo.

A principios de 2020, en la primera ola de la covid, estuvo ingresado con neumonía bilateral en el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres seis días. No tuvo que pasar por la UCI, pero tras infectarse del virus empezó a encontrarse mal y los médicos detectaron que tenía insuficiencia renal. Los especialistas le especificaron que sus riñones solo estaban funcionando al 10%.

«Tomo 24 pastillas diarias. Cinco de ellas son imprescindibles para que no rechace el trasplante»

Me dijeron que necesitaba diálisis de manera urgente. «Tenía dos opciones: o ir tres veces a la semana al hospital o instalar una máquina en casa y conectarme a ella por las noches, de diez a seis y media de la mañana, para hacerme la diálisis peritoneal. He estado dos años conectándome a la maquina cicladora», cuenta Ángel.

Lo recuerda con cierta angustia. «Al principio es muy difícil dormir con ella. Tuve complicaciones y me tuvieron que intervenir de nuevo en el hospital para cambiar el catéter. Luego ya empezó a ir todo mejor, pero aun así yo notaba que había perdido libertad, que mi vida había cambiado de la noche a la mañana, de repente», comenta.

Tanto es así que los médicos le plantearon la posibilidad de un trasplante de riñón. «Acepté y me metieron en la lista de espera hasta que el 14 de febrero de este año, hace apenas un mes, recibí el trasplante».

Ahora está en plena fase de recuperación. Tiene que comer de manera saludable, con poca sal, y caminar más de lo habitual. Lo primero que hace a las nueve de la mañana, en ayunas, es tomar cinco pastillas para evitar el rechazo del trasplante. Luego otras diez, tres por la mediodía y seis por la noche. En total, 24.

«No se me olvida ni una. Las tengo bien controladas porque ahora cualquier fallo puede ser determinante», cuenta Ángel que todavía tiene puesto el catéter y 67 puntos que le dieron.

«Ahora siento que tengo la posibilidad de recuperar mi vida; en este tiempo había perdido mucha libertad»

Aunque todo ha ido bien, sus defensas ahora están bajo mínimos. «Debo llevar la mascarilla constantemente puesta porque un resfriado o cualquier virus puede ser muy peligroso», comenta Ángel.

Se siente muy agradecido con todos los profesionales sanitarios que le han atendido. «Por ellos tengo la posibilidad de volver a llevar una vida normal. Siento que ahora voy a recuperar mi vida. Te sientes atrapado y atado a una máquina».

Ahora seguirá con las revisiones, que serán continuas. También forma parte de Alcer, la asociación que trabaja para orientar y apoyar a los enfermos de riñón y sus familiares.

Actualmente, este administrativo que trabaja en la Diputación de Cáceres espera volver pronto al trabajo porque asegura que le mantiene activo.

Se siente afortunado porque es consciente de que otras personas tienen que estar en tratamiento de diálisis durante años hasta que reciben un trasplante de riñón. De hecho, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, los trasplantes que se realizan cada año apenas representan el 10% de los que se precisan.

69 personas esperan un trasplante de riñón en Extremadura

En Extremadura hay 69 personas que están esperando un trasplante de riñón, según los últimos datos del SES que hacen referencia a 2022.

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