Un librero de toda la vida: «El negocio de los libros de texto está en su peor momento»
José Luis Marín, de la Librería Colón de Badajoz, se queja de que los colegios concertados hagan competencia al sector y de que los padres compren «chatarra» para que estudien sus hijos
Jose Luis Marín, de la Librería Colón, en Badajoz, no se anda por las ramas. Lleva 45 años en el sector y esta semana afirmaba ... sin dudarlo: «el negocio de los libros de texto está en su peor momento». Lo dicen los números de su caja registradora, que fía, dice, casi un 20% de las ventas de todo el año a esta época previa al inicio de las clases. «Esto ha motivado que muchas librerías en pueblos cierren porque dependían casi exclusivamente de esta campaña». Y lo dicen los hechos, como que de las más de diez librerías «importantes» que cita de memoria solo en Badajoz, ahora mismo basten los dedos de una mano para contar las que resisten abiertas. «A mí me llegan clientes de esas librerías que van cerrando y nos dan un respiro, pero no me gusta funcionar así», declara a este diario.
En su librería de la avenida Santa Marina trabajan cuatro personas más él todo el año. Antes, para afrontar la campaña de libros de texto, eran el doble. Ya no es el caso.
Venta en colegios concertados
Según explica, las primeras reservas de libros las cogen nada más terminar el curso, pero la campaña de ventas arranca a partir del puente del 15 de agosto prácticamente hasta mediados de septiembre con las clases ya empezadas.
La compraventa de segunda mano y los colegios concertados haciendo de puntos de venta, unido a la bajada constante de la natalidad le traen de cabeza, «por no hablar de colegios que recomiendan comprar los libros de texto en una gran superficie concreta», añade.
Según Marín, «este año la campaña se presenta con muchos libros que pedagógicamente está fuera de mercado pero que siguen en los colegios; si a esto le sumas que en los colegios concertados se dedican a vender los libros, que tributan fuera porque sus plataformas están fuera de la región y el dinero que da la Junta sale de Extremadura para becas sale de la comunidad», denuncia. Por otro lado, las editoriales no cambian sus libros desde hace varios años y esto aumenta la venta de segunda mano, «así que nuestras ventas lógicamente disminuyen», concluye.
A este empresario le da rabia esta práctica de comprar y vender libros usados, algo se da principalmente en Secundaria. «Estamos cogiendo chatarra –dice– para la educación de nuestros hijos, no sé qué van a aprender».
Con todo, considera que esto es una moda y por tanto algop pasajero. «En educación para nuestros hijos miramos hasta el último euro para ahorrar en libros, pero a los quince días compramos la mochila y las cajas de rotuladores más caras. Y los libros hasta de tercera mano y eso que la mayoría de familias tiene solo un hijo, no cuatro como antes», se queja.
En su opinión, hay algunas editoriales que han subido mucho el precio de los libros, hasta los 50 euros algunas, pero desmiente que un lote completo ascienda a 700 euros por alumno como se divulga estos días y además mucha gente está becada.
Por último, hace un llamamiento a docentes. «Hay veces que los profesores no cambian libros, y llevan diez años y hay que decirles que ya no los hay en las editoriales».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión