La Junta responde a los regantes que se necesitan más permisos para incluir 3.500 hectáreas
Gestión Forestal plantea reducir la superficie, algo que rechazan los agricultores, y argumenta que hay que hacer otro nuevo convenio y recalcular las costes para poder desarrollarlo
Hay que hacer una nueva declaración de impacto ambiental (DIA) para todo el proyecto del regadío de Tierra de Barros. La Consejería de Gestión Forestal ... y Mundo Rural, promotora del mismo, insiste, en respuesta a HOY, que todo el proyecto debería someterse a una nueva DIA si se quieren introducir las 3.500 hectáreas que estaban en reserva ante las bajas producidas desde que se inició su tramitación. Al mismo tiempo remarca lo ya trasladado, y rechazado, a los regantes. Hay que hacer un nuevo convenio «ajustado a la realidad del proyecto e incluyendo las ratios de costes reales a distribuir entre Junta de Extremadura y regantes».
Un día después de que este diario adelantara que el rechazo de los regantes a las propuestas presentadas de la Junta -se pierden 3.500 hectáreas porque la Junta no autoriza reemplazarlas por las de reservas sin más y hay que firmar un nuevo convenio para su financiación- la Consejería de Gestión Forestal reafirma su postura. Hay que «redimensionar» el proyecto, dice el departamento que encabeza Ignacio Higuero, para, a su juicio, hacerlo posible. Eso incluye dos aspectos.
El primero, es hacer una nueva declaración de impacto ambiental (DIA) si se desea que el proyecto siga con las alrededor de 14.500 hectáreas diseñadas desde el inicio. «Sobre la reivindicación de los regantes de incluir 3.500 hectáreas de lista de espera, hay que decir que dicha superficie no está, ni estuvo incluida dentro de la DIA vigente. Por tanto, para incluirla sería necesario someter el proyecto completo a la evaluación por parte del órgano ambiental, con la consecuente incertidumbre que generaría la viabilidad», dice en su respuesta este diario. Esto es, no solo habría que hacer una evaluación ambiental sobre las 3.500 hectáreas que entrarían y que estaban reservadas de antemano sino sobre el global de las 14.500.
De esta manera, Gestión Forestal aboga por hacer un nuevo proyecto con menor superficie regable, algo que los agricultores rechazan porque no sería viable entonces, como expresó Isidro Hurtado, presidente de la comunidad de regantes de Tierra de Barros.
El segundo aspecto que traslada el Ejecutivo regional es que hay que hacer un nuevo convenio. Olvidar el que está firmado. Y recalcular el presupuesto final. Dice el Gobierno extremeño que para que el proyecto de Tierra de Barros sea viable, enfatiza, se debe plantear «en base a determinaciones técnicas» entre las que sitúa un nuevo convenio. Un nuevo texto «ajustado a la realidad del proyecto e incluyendo las ratios de costes reales a distribuir entre Junta de Extremadura y regantes».
Gestión Forestal agrega que está «intentando ajustar los costes de la manera más ventajosa posible para la comunidad de regantes» y frente el desánimo que, como expresó Hurtado a este diario, les está causando estas nuevas propuestas de la Junta, el Ejecutivo regional replica todo lo contrario. «Frente al ánimo que da a los regantes el hecho de que el Gobierno de María Guardiola presupueste fondos propios para el regadío de Tierra de Barros, los signos de desánimo en los regantes se producen cuando el Gobierno pasa de pregonar el apoyo a Tierra de Barros a desentenderse del proyecto y dejarles tirados», dice la Consejería competente y promotora del regadío en Tierra de Barros.
«Nuestro compromiso con los regantes y sus familias en Tierra de Barros es firme e intacto», se concluye desde la Junta de Extremadura en respuesta a HOY.
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