El juez rechaza que los encarcelados por el tiroteo de San Lázaro salgan de prisión

El juez argumenta que persisten los indicios racionales de criminalidad por parte de los encarcelados y que, por tanto, debe continuar también la misma medida cautelar. Recuerda, en este sentido, que así lo la asumido también la Audiencia Provincial de Cáceres. En su auto de 30 de abril de 2025, en el que rechaza que el caso sea instruido por el momento a través del procedimiento del tribunal del jurado, ratifica las averiguaciones llevadas a cabo por el titular del Juzgado número 1 de Plasencia.

«Existen elementos indiciarios que atribuyen la comisión de varios delitos contra la vida a varios de los investigados, quienes hicieron uso de armas de fuego disparando hacia un vehículo con la (indiciaria) intención de acabar con la vida de sus ocupantes, no consiguiendo su objetivo, lo que constituiría tantos delitos de homicidio (o, en su caso, de asesinato) en grado de tentativa como personas potencialmente destinatarias de los disparos había en el vehículo», recoge el tribunal provincial en su auto.

La defensa de dos de los encarcelados ha justificado en el arraigo familiar y la falta de pruebas su solicitud de excarcelación, después de que ni Alba Silva, la madre de Camelia, la niña muerta en el tiroteo, ni Sara Silva, la joven herida también a consecuencia de una bala perdida, arrojaran ninguna luz sobre lo ocurrido con sus declaraciones en sede judicial.

Pero no lo ve así el juez, para quien los indicios de criminalidad por parte de los Loletes de San Lázaro persisten, también después de las declaraciones de los dos testigos. «Aunque es cierto que Alba ha matizado lo declarado en su día en el atestado, sigue manteniendo que los investigados que solicitan la libertad provisional estaban en el lugar de los hechos», indica el juez en su auto del pasado 2 de julio en el que rechaza la petición de dos encarcelados.

Las partes personadas en la causa siguen a la espera de los informes de parafina y balística para que haya un avance en la resolución del tiroteo producido el pasado 30 de marzo. Confían en que ambas pruebas determinen quiénes dispararon esa noche en San Lázaro, qué armas dispararon y de cuáles salieron las balas que hirieron a la joven y que acabaron con la vida de la niña.

Esa noche, cabe recordar, miembros del clan de los Hilarios, con base en la barriada de Gabriel y Galán, se desplazaron hasta San Lázaro para zanjar un conflicto surgido dos días antes con los Loletes por una pelea en un club de alterne.

El encuentro acabó con un enfrentamiento a tiros supuestamente solo por parte de los Loletes y con los Hilarios abandonando el barrio en el Audi negro en el que habían llegado. Lo hicieron por la calle Calzada. En su inicio están las casas de los Loletes y al final, la vivienda en la que se resguardaron Camelia y Sara. Sin embargo, algunos de los disparos atravesaron el cristal de la puerta de acceso a la casa. Uno de ellos hirió a la joven, otro en un brazo a la niña y un tercero resultó mortal para la pequeña, porque le atravesó la cabeza tal y como ha confirmado la autopsia.

A consecuencia de ello, cinco miembros del clan de los Hilarios y seis de los Loletes fueron detenidos. Pero tras tomarles declaración, el juez solo envió a la cárcel a los seis vecinos del barrio de San Lázaro. Están siendo investigados por los presuntos delitos de riña tumultuaria y amenazas, tenencia ilícita de armas, lesiones, homicidio en grado de tentativa por los disparos que dirigieron a los miembros del clan de los Hilarios cuando huían de San Lázaro en coche y delito de homicidio doloso por la muerte de la niña de dos años.