Juan Luis Guerrero: «Los médicos me daban la baja, pero yo quiero sentirme útil»

Perdió gran parte de la sensibilidad y su vida dio un giro radical. «Hubo médicos que me decían que me daban la baja, pero para mí es muy importante sentirme útil. Lógicamente tienes un bache psicológico, pero en el trabajo se genera una satisfacción diaria que ayuda bastante. Yo estoy activo todo el día».

Recorrió asociaciones y academias hasta dar con un teclado adaptado y, aprovechando las plazas de empleo público que se ofertan para personas con discapacidad, se puso a estudiar.

En España ha regulado ahora la prohibición de despedir en estos casos. El Gobierno obliga a las empresas a adaptar el puesto de un empleado al que se le reconoce una incapacidad si él así lo desea. En Extremadura, hace nueve años que Apamex asesora a los centros de trabajo para evitar despidos al cambiar la capacidad del empleado.

José Luis empezó como auxiliar hace quince años y hoy es administrativo de la Administración regional. Trabaja en los servicios fiscales de la Junta de Extremadura, en Badajoz.

«Me pusieron un teclado especial porque en el brazo derecho no tengo sensibilidad fina como para usar un teclado o un ratón», explica frente a esa herramienta este pacense que tampoco ha renunciado a lo que más le gusta, como el senderismo o la música.

«Antes de la discapacidad tocaba la batería y después me las fui apañando para sujetar la baqueta y seguir tocando. Hoy estoy en dos grupos de rock», relata el batería de Circo de Pulgas, que precisamente este viernes da un concierto en el pub Chat Noir de Badajoz.