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Bueno, generoso, valiente, sensato y prudente. Esos son los cinco adjetivos que utiliza Javier Travieso (Don Benito, 1952) para definir a Robert Francis Prevost Martínez, ... el cardenal que este jueves fue elegido para suceder a Francisco al frente de la Iglesia Católica.
Las palabras de monseñor Travieso tienen un especial valor puesto que parten de una persona que ha tenido una relación muy cercana con León XIV desde que en el año 2014 Rober F. Prevost fue nombrado administrador apostólico de la diócesis peruana de Chiclayo, un territorio que apenas dista 13 o 14 horas en autobús con Indiana, la sede apostólica del Vicariato de San José del Amazonas, al frente del cual está el obispo extremeño desde ese mismo año.
«Hemos trabajado juntos, hemos compartido tareas y durante mucho tiempo hemos trabajado en distintos sitios del Perú», relata desde Indiana el padre Javier Travieso en una llamada vía whatsap que se prolonga durante media hora. «Realmente es un hombre muy bueno y generoso, alerta a las necesidades de los demás y disponible con las necesidades de las personas... Todo este tiempo que ha estado en Perú ha estado cerca de la gente humilde y necesitada, recuerdo que durante la pandemia puso en marcha una planta de oxígeno para la gente que lo necesitaba», destaca Javier Travieso, quien recuerda que tras uno de los encuentros que mantuvieron los obispos peruanos en la Conferencia Episcopal de este país Rober Prevost se ofreció a llevarlo al colegio claretiano donde se alojaba el obispo extremeño porque en su vicariato los desplazamientos se hacen por el río Amazonas y nunca ha tenido vehículo propio. «Él sabía que en la capital yo no tenía movilidad y se ofreció a llevarme, es una persona muy servicial».
Ahora que se sabe que Robert Prevost es el nuevo Papa, Javier Travieso ha rescatado algunas de las imágenes en las que aparecen juntos. En una de ellas se les ve subidos a la barcaza que los trasladó a Indiana cuando el extremeño tomó posesión del vicariato en el que ahora trabaja tras haber ejercido con anterioridad como obispo auxiliar de la Archidiócesis de Trujillo (Perú).
En otra de esas fotografías aparece también el misionero diocesano extremeño César Caro, vicario general de San José del Amazonas, durante la preparación de una eucaristía en la que participaban los miembros de la Comisión Episcopal de Cultura y Educación de Perú, un órgano presidido por Javier Travieso y al que también pertenecía el ahora Papa. «Cuando convoqué la primera reunión de esa comisión fuera de la Conferencia Episcopal él ofreció su casa, su obispado, y allí que nos atendió al grupito de obispos y también a César Caro, que estaba con nosotros».
Reconoce Javier Travieso que no esperaba que el obispo y cardenal con el que ha compartido tareas durante la última década fuese elegido Papa, pero tampoco le ha extrañado. «Todos los que hacen quinielas se equivocan, porque al final solo se elige a una persona, pero yo he recibido este nombramiento con sorpresa por una parte, porque en la Iglesia hay muchos cardenales, pero no con extrañeza, porque se trata de una persona preparada y con cualidades para desarrollar ese servicio. Verdaderamente es bueno y generoso, entregado, servicial, cercano, disponible, valiente y a la vez prudente, nunca lo he visto querer asomar para nada, pero sí hacer el servicio, el que sea necesario. Y a la hora de hacer algunas manifestaciones en algún momento un poco especial y delicado, él no ha tenido miedo, porque él busca el bien y por supuesto no puede haberlo si no hay verdad. Esa verdad él la dice».
Destaca monseñor Travieso que Robert Prevost, en su papel de vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Perú, ha sido una pieza clave cuando han surgido «asuntos importantes» en los que se hacía necesario el diálogo con el presidente o la presidenta de Perú. Igualmente pone en valor la valentía y la decisión que mostró cuando tuvo el encargo de comunicar al papa Francisco algún «asunto delicado».
«El fue quien se lo comunicó y el Papa lo agradeció», asegura Javier Travieso, quien aventura desde Perú que el nuevo Papa ya ha esbozado las líneas de su pontificado con la elección del nombre que hace un siglo llevó León XIII, un Papa que mostró un especial interés «por los conflictos sociales y laborales de la época y comenzó a plantear soluciones a la luz del Señor».
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