«El inicio del curso se afronta echando muchas cuentas»
Noemí Castillo y Emiliano Fernández tienen tres hijos en edad escolar y su objetivo es no superar los 1.900 euros de gastos para la vuelta al cole
El objetivo que se marcan es no superar los 1.900 euros de gastos para la vuelta al cole. Noemí Castillo y Emiliano Fernández tienen ... tres hijos en edad escolar. Con trece, once y seis años, dos están en Secundaria y uno en Primaria. «Afrontamos el inicio del curso haciendo muchas cuentas», comenta sonriendo Emiliano.
Como, por el momento, todos sus hijos van al mismo centro, el Dolores Sopeña de Badajoz, tienen más fácil adoptar alguna medida que les permita ahorrar o, por lo menos, no tener que hacer de golpe un desembolso elevado. Por ejemplo, compran los libros en el colegio, que les permita ir pagando unas cuotas a lo largo de todo el año. «Aun así, solo para libros calculamos 300 euros por cada lote –expone Noemí– y como los cambian siempre hay que comprar; creo que con la tecnología se podía buscar otro tipo de formato para que las editoriales siguieran teniendo negocio, pero que el gasto fuera menor y las mochilas pesaran menos».
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Compartir centro, que es concertado, también permite a estos padres que las piezas del uniforme que están en buen estado pasen por más de un niño. «Antes de empezar el curso, sacamos toda la ropa que tenemos de los uniformes y vemos qué les puede servir a cada uno», dice Emiliano. «En el uniforme es donde más tratamos de ahorrar, incluso compartimos entre las familias del cole», confirma Noemí.
Con el calzado también lo intentan, aunque es más difícil. «La idea es que sea un par de zapatillas al año», se resigna esta madre consciente de que no es lo más habitual.
Luego están las actividades por las tardes. «Los dos mayores están en clubes deportivos; vamos pagando todos los meses una cuota, pero pueden ser otros 450 euros al año cada uno», reconoce Noemí. A lo que hay que sumar ropa y equipamiento.
Por ahora, son las únicas extraescolares que realizan sus hijos. «Tratamos de que dediquen tiempo a jugar y hacer cosas que les gusten; no sobrecargarlos con más tareas después del cole», detalla Emiliano.
Sus hijos no utilizan el comedor escolar salvo ocasiones puntuales. «Sí recurrimos al aula matinal, porque tenemos que dejarles un poco antes, pero yo tengo horario de mañana y podemos comer todos juntos en casa; eso supone un ahorro importante, porque el comedor puede suponer ser otros 300 euros al mes por cada uno», señala Noemí.
Un mercado de segunda mano para ahorrar en ropa
«El gasto fuerte en uniforme es el primero, luego vas aprovechando ropa», dice Antonio Sánchez, padre de dos niñas, que explica que existe un mercado de segunda mano entre los padres del colegio Sagrada Familia de Badajoz (Las Josefinas). «Las prendas que se van quedando pequeñas se las dejas a otros niños por un precio que es casi simbólico», afirma este padre. No es algo exclusivo, se repite en muchos otros centros, como en el Dolores Sopeña, donde las partes del uniforme pasan por alumnos de varias familias. «Es uno de los aspectos positivos de los grupos de Whatsapp de padres, también se utilizan para intercambiar ropa», afirma otro padre. Por supuesto, no es necesario la existencia de uniforme para este sistema de reutilización. «Mis hijos heredan prendas de otras familias, de sus amigos o sus compañeros de clase», apunta Miguel Clemente, que tiene dos niños pequeños en el colegio público Las Vaguadas.
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