Los impuestos que la caza le reporta a la Junta suben hasta los 7,5 millones
Las arcas regionales ingresan cinco millones de euros por la tasa de aprovechamientos cinegéticos que pagan los cotos
La Junta ingresó en el año 2022 más de siete millones de euros en concepto de impuestos y tasas asociados a la actividad cinegética, según ... recoge el último anuario de la Federación Extremeña de Caza, elaborado en colaboración con la Universidad de Extremadura, publicado hace unos días y que incluye datos de la temporada 2022/2023. En el ejercicio analizado, el Gobierno regional ingresó 7.473.753, según el informe elaborado por el colectivo a partir de los datos facilitados por la administración autonómica. Es un 28% más que en el ejercicio precedente, un incremento debido en gran parte al alza en la recaudación por el impuesto de aprovechamientos cinegéticos, que pagan los cotos.
En el año 2022, este concepto le reportó a la Junta algo más de cinco millones, un millón más que en la anualidad anterior. Gran parte de la explicación a esta subida está en que en el año 2021 se aplicó una bonificación a esta tasa, para intentar ayudar a paliar los efectos de la pandemia, que con sus restricciones a la movilidad dejó al sector sin apenas actividad. Ese descuento del 20% que aprobó la Consejería de Economía, Hacienda y Agenda digital en la pasada legislatura ya no se aplicó en el año 2022, lo que en gran modo es la causa del incremento del dinero obtenido por el Gobierno extremeño a través de esta vía.
La administración autonómica recauda cada año cerca de 800.000 euros por la tasa de expedición de la licencia
Este impuesto es con diferencia la principal fuente de ingresos asociados a la actividad cinegética. En concreto, acapara casi siete de cada diez recaudados por la comunidad autónoma gracias a la caza. Le sigue a mucha distancia la tasa por expedición de licencias, que en el año estudiado le aportó a la administración autonómica cerca de 800.000 euros. La tercera tasa que más le reporta es la que los cazadores pagan por la expedición de la licencia interautonómica, que se acercó a los 450.000 euros.
Casi 400.000 llegaron a las arcas regionales gracias a la tasa por examen del cazador y por la expedición, renovación o duplicado del carné del cazador. Esta cantidad es diez veces superior a la del año anterior, debido a que 2022 fue el año en el que a la mayoría de los aficionados extremeños les caducó ese carné.
Diez años de vigencia
Se instituyó en el año 2012 y su vigencia era de una década, por lo que al llegar 2022, ha habido poco menos que una avalancha de cazadores que lo han renovado, según explica el informe de Fedexcaza. Su autor principal es Javier Pérez González, del Grupo de investigación en recursos faunísticos, cinegéticos y biodiversidad de la UEx. También ha contribuido a su elaboración un equipo de técnicos de la Federación, compuesto por Víctor Arroyo Gubau, José Angel Durán Risueño, Miguel Gómez Beloki y Sebastián Redero García.
La tasa por prestación de servicios facultativos veterinarios le supuso a la Junta de Extremadura durante el ejercicio económico analizado en el anuario más de 275.000 euros, y casi 222.000 la de inscripción en los registros relacionados con la práctica de la caza.
El resto de conceptos se quedan por debajo de los cien mil euros anuales de aportación a las cuentas de la comunidad autónoma. Así, algo más de 80.000 son por el impuesto por aprobación o modificación de planes técnicos de caza, 56.000 por los precios públicos por acciones de caza en terrenos cinegéticos bajo gestión pública, cerca de 45.000 por la tasa de comprobación, tramitación y validación de comunicaciones previas, y una cantidad similar por la tasas de tutela de cazadores por las organizaciones profesionales de esta materia.
La comunidad celebra casi 1.400 monterías y 1.600 recechos al año
La comunidad autónoma celebró durante el año 2022 cerca de 1.400 monterías y 1.600 recechos, según recoge el informe titulado 'Situación actual de la caza en Extremadura, temporada 2022/23', editado por la Federación Extremeña de Caza y elaborado por sus técnicos y por expertos de la Universidad de Extremadura. El estudio, publicado hace unos días, detalla también que la región acogió en ese mismo ejercicio, último para el que hay datos oficiales, más de 800 aguardos de jabalí, según el registro de solicitudes y autorizaciones de acciones cinegéticas de la Junta de Extremadura. En total, la administración autonómica recibió a lo largo del año analizado 6.321 peticiones, y concedió el permiso a 5.577, lo que equivale a una tasa de autorizaciones del 88%.
Las cifras varían de forma sustancial según la provincia. Así, la acción más popular en Badajoz son los recechos, de los que se celebraron 674, seguidos de las monterías (472). En Cáceres, sin embargo, los términos se invierten, y la práctica más repetida es la montería. Hubo 924, frente a 896 recechos. En cuanto a los aguardos de jabalí, hubo 510 en la provincia pacense y 329 en la cacereña. Hay que recordar que la montería es una acción colectiva en la que se utilizan perros o batidores que levantan las piezas cinegéticas y las acercan a los tiradores que las esperan en puestos previamente adjudicados. En el rececho, el cazador busca a la pieza, la sigue y se acerca a ella para dispararla. Y por último, en el aguardo, se espera al animal en un puesto.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión