Los fallecidos por accidentes de tráfico en la región se reducen un 39% durante 2024

«2023 fue un año excepcionalmente malo», resume Diego Yebra, fiscal delegado de Tráfico en Extremadura. «El año que acabamos de terminar va en la línea de los dos siguientes tras la pandemia. No cuenta como análisis real que en 2020 'solo' fallecieran' 24 personas porque hubo bastante menos desplazamientos por la covid», justifica.

A juicio de Yebra, para explicar por qué en Extremadura ha habido un 39,2% menos de fallecidos respecto a 2023 «hay que valorar que se han puesto en marcha diversas campañas muy selectivas para controlar los accidentes». Campañas focalizadas en los conductores de motos, singularmente. Si en 2023, de los 51 fallecidos, 14 fueron motoristas, el año 2024 ha concluido con 4 motoristas fallecidos.

Señala, de forma general, que el «problema» para explicar los siniestros no son las carreteras, «buenas o muy buenas en general, con dos autovías nacionales, dos extremeñas y una red local muy aceptable». Los accidentes tienen buena parte de su explicación en la distracción y en el exceso de velocidad, argumenta.

En ese sentido, Diego Yebra avanza «que se está controlando que no haya concentración de motoristas que hayan consumido alcohol o sustancias estupefacientes» y destaca que ha habido más vigilancia en vías como la N-430 (la carretera de Ciudad Real), la N-432 (Badajoz-Córdoba) y la Ex-105, que va de Olivenza a Don Benito y es otro punto clave».

Yebra concreta que el perfil del fallecido por accidente de tráfico en Extremadura es el de un hombre, en el 85% de los casos, y de más de 35 años. «La edad de los fallecidos ha ido aumentando en los últimos años. Ya no mueren tantos jóvenes como antes», refrenda.

En cuanto al conjunto de España, hasta el 17 de diciembre se habían producido 1.107 fallecidos en vías interurbanas. En el mismo periodo anterior (del 1 de enero al 17 de diciembre de 2023) el número de muertos en las carreteras ascendía a 1.092. 15 fallecidos más (una cifra que ha crecido en las últimas dos semanas de diciembre a falta de incluir) y que en términos porcentuales supone un 1 por ciento más.

Desde 2004, la siniestralidad en carretera ha ido descendiendo de manera continuada en España, pasando de los casi 3.500 muertos a menos de 1.200 en el último lustro. Desde 2013 las cifras, aunque han ido descendiendo, han sido muy similares, con 1.134 muertos en 2013, 1.132 en 2014 y 1.131 en 2015. A partir de entonces el número de fallecidos comenzó a aumentar: 2016 contabilizó 1.161 muertos, mientras que 2017 registró todavía más, 1.198 muertos.

El año 2018 finalizó con 1.188, una decena menos que el año anterior, revirtiendo así la tendencia al alza, y 2019 marcó el registro de 1.057 muertes, la cifra más baja de la historia antes de la pandemia. 2020 bajó de los 1.000 muertos (975).

«Es positivo, claro, que en Extremadura haya bajado el número de víctimas mortales y más cuando en el conjunto de España crece. Hay que valorarlo, sí, pero también es verdad que no se contabilizan en esa estadística las personas fallecidas por accidentes en vías urbanas y últimamente están siendo frecuentes sobre todo por atropellos», puntualiza el fiscal de Tráfico.