El extremeño Manuel Ponce diseñará el catálogo de ARCO 2025
Tiene su estudio en Villafranca de los Barros y su propuesta fue elegida por la dirección de la Feria de Arte Contemporáneo más conocida de España
«Las obras de arte están en una exposición tres o cuatro meses y luego se quitan y se pasa a la siguiente. El catálogo ... es la decantación de cada exposición, lo que luego queda de ella. Si existe un libro con imágenes que además tiene un apoyo textual o teórico de ese material el catálogo queda, en cierto modo, como historia del arte». La reflexión sobre este género que combina imágenes y ensayo, y además aspira a trascender, es del extremeño Manuel Ponce Contreras, que en septiembre recibió la llamada de Maribel López, directora de ARCO, para comunicarle que él realizaría el próximo catálogo de la feria de Arte Contemporáneo más conocida de España.
Ponce tiene 37 años, es de Ribera del Fresno (3.300 habitantes, Badajoz), estudió en la Escuela Superior de Diseño de Mérida antes de marchar a Madrid, donde se especializó en Diseño Gráfico en la Escuela de Arte número Diez y cuando estalló la crisis de 2008 volvió a Extremadura. Ya tenía una visión del sector, una agenda e Internet lo mantenía conectado al resto del mundo. En la actualidad tiene su estudio en Villafranca de los Barros, a doce kilómetros de su pueblo.
Entre otros muchos trabajos de diseño, Ponce ya ha realizado más de 40 catálogos de exposiciones, y aunque trabaja a menudo con el Museo Reina Sofía, Paradores, el Banco de España o el Thyssen de Málaga, reconoce la relevancia que supone tener ahora a ARCO de cliente «por la connotación internacional de este evento».
Esta feria que se celebra en Madrid desde 1982 tuvo en la pasada edición 95.000 visitantes. Se expusieron obras de 1.300 artistas procedentes de 36 países y estuvieron representadas 206 galerías. Además, desde hace siete años ARCO también tiene lugar en Lisboa. En este contexto lo estético no es algo secundario. Por eso no hay que pasar por alto que, desde la estancia de invitados a las salas de conferencias que se habilitan en la Institución Ferial de Madrid (Ifema), cada detalle es obra de prestigiosos, diseñadores, decoradores e interioristas elegidos por la organización, artistas que engrosan su curriculum por haber formado parte del envoltorio de esta feria de arte.
«Propuesta más rompedora»
ARCO 2025 tendrá lugar en Madrid entre el 6 y el 9 de marzo. Y el catálogo es la única manera de revisitar el evento cuando todo haya sido desmontado. Ese encargo recayó en Manuel Ponce tras haber sido seleccionado entre tres diseñadores. «Todos los años la dirección de ARCO busca tres estudios de diseño y les invita a hacer una propuesta. Es como un concurso cerrado y remunerado y el que se lo lleva lo termina haciendo».
ARCO no repite nunca el mismo diseñador y el extremeño es la primera vez que entra en esta terna. «Voy mucho a ARCO, el arte contemporáneo es un mundo que me encanta. Me gustan los procesos artísticos y la fotografía, y en este caso está muy relacionado».
En cuanto a la impronta que pueden dejar los diseñadores en un catálogo esta suele ser sutil, nada evidente. «Cada cliente te indica una línea a seguir, pero cuando saco un catálogo hay detrás un artista que tienes que representar, así que trato de encontrar un equilibrio entre la institución y el artista o los artistas. Si son varios, el diseño tiende a ser incluso más neutro para que no haya conflicto», explica.
En el caso del catálogo de ARCO en el que ya trabaja, Ponce explicó a HOY que ya tiene algo adelantado de cuando presentó la propuesta inicial por la que fue elegido y espera ahora dejar su huella en el resultado final.
«Aquí las directrices son los catálogos anteriores para que tengas referencias. Pero mi propuesta ha sido un poco más rompedora porque he cambiado el tamaño y el papel. El planteamiento es diferente, ya que veía una carencia que se arrastraba de años anteriores. Muchas galerías tenían dos páginas que no se completaban y yo ahí veía mucho desperdicio, así que este año tendrá el mismo ancho pero será más alto para intentar meter una galería por página, lo que ahorrará papel y peso».
Más de 600 páginas y malva
El catálogo de ARCO suele presentarse una o dos semanas antes de la inauguración de la feria. Este tipo de libros cuestan entre 50 y 60 euros y son objeto de coleccionismo en muchos casos.
Este año el catálogo de Madrid tuvo 612 páginas y el de Lisboa 280. En 2025 su diseñador calcula que será un treinta por ciento más liviano. Con todo, Manuel Ponce ese ahorro lo va a emplear en materiales e impresión y en desarrollar una idea relacionada con el color. Esta cuestión siempre fue capital en esta feria de arte contemporáneo. En su primer cartel en 1982 apostó por los tres colores primarios como imagen básica. Luego, a principios de los 90, ARCO fue interiorizando diferentes colores en sus diseños según los proyectos que albergaban, por ejemplo, los países invitados. Se puede decir que el color de referencia elegido es en sí una noticia previa que va calentando el ambiente. «Para este año el color es una especie de malva; y tras varios días de investigación una de las características que planteé fue que el papel de la cubierta fuera un papel que ya estuviera tintado en ese color en el proceso de fabricación, hasta que di con uno y esto le dará un toque especial», adelanta el de Ribera del Fresno.
«El cliente privado no admite tantas licencias creativas»
El diseñador extremeño Manuel Ponce recibió su primera formación en la Escuela Superior de Diseño de Mérida. Luego se especializó en Madrid y volvió de la capital en 2008 y se instaló en Villafranca de los Barros. En 2016 su carrera tuvo un punto de inflexión cuando el Museo Reina Sofía le encargó un catálogo para una de sus exposiciones. Ponce trabaja solo y puntualmente externaliza el resto del proceso. «Tengo colaboradores puntuales según el proyecto. En un catálogo, por ejemplo, hay muchas cosas que controlar, como retoque de imágenes, corrección de texto, impresión o encuadernación, tareas que hay que encargar a otros, pero con los que tengas sintonía porque son procesos conectados y al final somos un equipo».
Hace unos días impartió una charla en la escuela de Mérida donde se formó. «Ahora los alumnos viven en un mundo muy digital, pero les llevé varios catálogos y se interesaron por ellos al verlos físicamente». Según Ponce, el diseño gráfico no es solo manejar programas de ordenador, aunque hoy sean una herramienta clave.
En su opinión, los diseñadores establecidos en Extremadura tienen entre 30 y 50 años y se dividen en dos grupos: unos que miran al territorio nacional y otros asentados en la región haciendo identidad corporativa y logotipos. «En mi caso suelo tratar con instituciones culturales y públicas, con las que te permites licencias, una libertad creativa que el cliente privado no admite porque no tiene una constancia de encargos y a lo mejor hace un diseño cada diez años».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión