El extremeño que dirigió la vuelta al mundo fallida
Un libro rescata la figura de García Jofé de Loaysa, placentino al que Carlos V eligió para emular la hazaña de Elcano
En la iglesia de san Nicolás de Plasencia hay una lápida de granito de dos metros de alto que a Tomás Mazón le interesaba ... tanto que el día que la tuvo de frente, se tumbó en el suelo a intentar leerla entera y se quedó absorto hasta el punto de recuperar la verticalidad solo cuando escuchó al cura empezar la misa. Lo cuenta él en el prefacio de 'La vuelta al mundo maldita' (Edaf, Madrid, 2024, 469 páginas, 30 euros), el ensayo dedicado a la expedición de Loaysa, extremeño relegado a la segunda o tercera fila de la Historia pese a que su existencia fue «cosa increíble».
Lo define así el autor, con esas dos palabras y no otras, no por casualidad. «Es mísero cosa increíble» dijo García Jofré de Loaysa sobre Selim I, el Gran Turco, al que visitó como embajador español designado por Carlos V, una elección que habla de su posición y que era desconocida, según cuenta Tomás Mazón Serrano, que nació en Alicante hace 49 años pero lleva 18 viviendo en Villanueva de la Serena, donde se estableció tras casarse con una extremeña.
Mazón no es historiador. Es ingeniero técnico de obras públicas, pero hace investigación histórica con esmero y escribe mejor que muchos autores con varios títulos publicados. Prosa sencilla, digresiones contadas, estilo claro. Son sus herramientas para narrar el viaje que dirigió Loaysa y también el que él mismo ha tenido que hacer de archivo en archivo, de legajo en legajo y documento en documento para poder reconstruir la historia del placentino a quien el emperador eligió por delante de Juan Sebastián Elcano para dirigir una expedición que emulara la que hizo este con Magallanes en el año 1522.
Tomás Mazón, el autor, reside desde hace 18 años en Villanueva de la Serena y en el libro aborda las juntas de Badajoz-Elvas
Tres más tarde, en 1525, partieron de madrugada desde La Coruña con dirección a las islas molucas siete navíos al mando del capitán general García Jofré de Loaysa, un hombre «de quien apenas se sabe nada», plantea el autor antes de empezar a contar su vida.
«¿Quién era Loaysa? ¿Por qué lo pusieron a él por capitán y no a Elcano? Soy el primero –escribe Mazón– que daba por cierto que su elevada condición social fue lo que relegó injustamente al capitán de la primera vuelta al mundo de un puesto que merecía. Sin embargo, resulta que frey García Jofré de Loaysa tenía un currículum brillante, y que inexplicablemente todavía estaba por contar».
La relación con Elcano
Prueba de que esa elección no generó rencillas es que Elcano eligió a Loaysa para que hiciera cumplir sus últimas voluntades, «y lo nombró testamentario, cabezalero (albacea) y administrador de todos sus bienes».
«No existe ningún estudio que haya profundizado en la trayectoria vital de García Jofré de Loaysa», afirma el ingeniero afincado en Extremadura, que con su último libro cubre ese hueco y rescata la figura de quien dirigió «la vuelta al mundo maldita». Lo fue así porque quienes se embarcaron «no consiguieron apenas logros para la posteridad, salvo que les debamos respeto y reconocimiento por su sacrificio, y esto empieza por saber quiénes eran y qué hicieron».
El autor cumple este deseo y les hace justicia relatando las vidas de algunos de ellos (Andrés de Urdaneta o Hernando de la Torre, entre otros) y contando algo, siquiera un párrafo, de cada uno de ellos. Son 424, y de todos se dice algo en uno de los anexos de la obra, que incluye también fotos y varios mapas que ayudan a comprender mejor el relato.
La tragedia
La mayoría de los marinos murió en el intento, cuenta Tomás Mazón, que antes escribió 'Elcano, viaje a la historia' y 'Espinosa, el último capitán de la vuelta al mundo'. Además, es el creador de la web rutaelcano.com, algo así como la biblia de la primera vuelta al mundo. Sabe tanto sobre ella que llegó a descubrir que en ella no participó un extremeño como se pensaba (Hernando de Bustamante), sino dos. El otro fue Juan Rodríguez Serrano, de Fregenal de la Sierra, que llegó a capitanear la nao Santiago.
Reconstruir la vida y obras de Loaysa le ha obligado «a un trabajo de investigación casi detectivesca», resume. Solo en el último año ha visitado nueve archivos: Plasencia, Simancas, Madrid, Sevilla... «Lo que he ido encontrando sobre Loaysa me ha resultado muy llamativo –cuenta el autor–. Por ejemplo, esa doble faceta de comendador de la orden de San Juan, puesto del máximo prestigio en la época, y de gentilhombre de Carlos I, que recurrió a él para varios encargos, no solo el de visitar al Gran Turco».
«Su expedición fracasó porque era muy difícil. La primera vuelta al mundo fue una gesta épica que sorprendentemente acabó en éxito. Pero al segundo intento, el que lideró Loaysa, no hubo tanta suerte. Además, tuvieron peor meteorología».
En su libro, Mazón también aborda otra expedición, la de 1527 dirigida por Álvaro de Saavedra, primo de Hernán Cortés y presumiblemente – «aunque no está certificado documentalmente», previene el experto– también extremeño de Medellín. «Fue impresionante, fueron a buscar a la expedición de Loaysa y les encontraron, aunque solo llegó una de las tres naves que partieron».
En 'La vuelta al mundo maldita' también se analizan las reuniones de la junta de Badajoz-Elvas, en las que España y Portugal intentaron aclarar de quién eran las islas de la Especiería. Es Saavedra otro protagonista extremeño en el libro que descubre a Loaysa, un nombre más para la rica historia del vínculo entre Extremadura y el Nuevo Mundo.
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