Extremadura pone en un mapa las 206 fosas comunes de la Guerra Civil
Se ha creado una web para consultar dónde están los enterramientos clandestinos y los nombres de las víctimas que fueron sepultados en ellos
Extremadura dibujó ayer su mapa más siniestro, el que localiza dentro del contorno de la región las 206 fosas comunes hasta ahora documentadas de la Guerra Civil y la Dictadura. No son todas, lo dice Candela Chaves, técnica de la Consejería de Cultura, encargada ayer de desmenuzar la información contenida en el mapa: «Creemos que en cada pueblo hay una fosa común, en su cementerio, en fincas, en las cunetas o en enterramientos naturales como el Tajo».
El mapa de las fosas comunes se puede consultar ya en la página web que presentó ayer en Badajoz, la consejera de Cultura, Nuria Flores, acompañada del secretario general de Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urban, y de la propia Candela Chaves. Se trata de un mapa virtual que localiza por municipios las 169 fosas comunes de la provincia de Badajoz y las 36 de la de Cáceres, así como dos en Castilla y León (Ciudad Rodrigo y Burgohondo) y el Valle de los Caídos.
Cada enterramiento clandestino está acompañado de una ficha que recoge los nombres de los víctimas, bien las recuperadas o las que por las investigaciones se tiene constancia de que fueron sepultadas en cada uno de ellos, imágenes del lugar, situación de la fosa (si se ha estudiado, abierto o solo está localizada) y el contexto histórico para conocer cómo fue la represión en cada municipio. «Se trata de dar a conocer la geografía de la violencia, pero también de homenajear a las víctimas», destaca Chaves.
En el mapa virtual se pueden consultar las llamadas ‘fosas al alba’, aquellas que abrieron los familiares con pico y pala desde los primeros años de la Transición hasta los 90, y los enterramientos clandestinos exhumados y excavados, que son los que se han abierto a partir de 2003 con metodología científica, es decir, con arqueólogos, antropólogos forenses e historiadores a pie de terreno.
De Casas de Don Pedro a Feria
Esto abarca desde 1978, pocos meses antes de que se aprobara la Constitución, cuando en Casas de Don Pedro se abrió la primera fosa del franquismo en Extremadura para recuperar los cuerpos de medio centenar de personas en el ‘Olivar de las boticarias’, a la última exhumación en el pozo de Salamanco Chico de Feria en noviembre del año pasado, donde se recuperaron trece víctimas.
También figuran las que están demandadas y prospectadas (que llegan a las 60) y que son en las que se han hecho sondeos o catas pero, o bien han dado resultados negativos o aún no se han exhumado, y las que están en investigación (41), a demanda de los familiares de las víctimas o de las asociaciones memorialistas.
El mapa ofrece una radiografía de la represión en Extremadura, que aglutina lo que las investigaciones y los trabajos de localización y exhumación de las víctimas han aportado desde 1956 hasta ahora, pero también deja ver el enorme trabajo que queda aún por hacer. Baste una cifra: en las fosas que aparecen en el mapa se encuentran los nombres de medio millar de víctimas de las más de 13.000 que están desaparecidas.
La elaboración de este mapa virtual, destacó la consejera de Cultura, viene a cumplir con el mandato de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura, aprobada en enero de 2019. «Responde al deseo de muchas familias de poder conocer dónde están sus familiares, pero también que la sociedad extremeña conozca y sepan quiénes fueron las víctimas y sirva de documento para la investigación de nuestro pasado histórico».
La web ya se puede consultar en mapadefosas.juntaex.es y está abierta a la incorporación de nuevos datos que puedan aportar las propias familias, los investigadores o los próximos trabajos de búsqueda, localización y exhumación de fosas en Extremadura. A este respecto, Pérez Urban cifró en 646.700 euros el presupuesto de su consejería para este año, aunque aún está por decidir en qué fosas se trabajará.
El mapa de fosas comunes es una de las primeras materializaciones de la ley extremeña de Memoria Histórica y pretende completarse, confirmó ayer Flores, con un mapa con los lugares de memoria de la región.