¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Falso fajo de billetes como los que suelen usarse en el timo de la 'estampita'. Hoy

La 'estampita' y el 'tocomocho' resisten en Extremadura en plena era digital

La Guardia Civil sigue recibiendo cada año denuncias en la región por estos timos tan antiguos, el último de ellos ocurrido en enero

Domingo, 11 de febrero 2024, 07:50

'La Guardia Civil investiga a un hombre como presunto autor de un delito de estafa mediante el método de la 'estampita', con el ... que obtuvo 3.000 euros'. Si no fuera por esta última palabra, euros, la noticia podría ser de un periódico de los años sesenta o antes. Pero se publicó la semana pasada. Y el hecho ocurrió en Navalmoral de la Mata. Ha pasado más de medio siglo desde el estreno de 'Los tramposos', la película dirigida por Pedro Lazaga en el año 1959 con Tony Leblanc y Antonio Ozores en los papeles de delincuentes, haciendo pasar por billetes lo que eran estampas. Y sin embargo, esa misma escena sigue produciéndose cada año en Extremadura. Lo sabe bien la Guardia Civil, porque no hay año en el que no reciban alguna denuncia.

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La Comandancia de Cáceres ya ha atendido un caso este año, otro en el anterior y otro en 2022. Y la de Badajoz confirma que también recibió una denuncia en el pasado ejercicio, en la que la víctima fue un hombre de 67 años de Zafra, y otra en cada uno de los dos anteriores (robaron dinero a un hombre de 50 años en Alburquerque y a una mujer de 87 en Orellana la Vieja).

El más reciente fue hace un mes en Navalmoral, donde nació el timador de la estampita más prolífico del país, detenido en 2015

La mecánica es conocida, y se repitió en su versión más clásica el pasado 17 de enero. «La víctima fue una mujer de ochenta años, residente en Navalmoral de la Mata, a la que abordaron en los alrededores de su domicilio, siguiendo la práctica que define a este tipo de estafas –reconstruye la Benemérita–. El investigado se aproximó a ella, y tras entablar conversación sobre temas religiosos, le reveló que se había encontrado debajo de un coche una bolsa con una gran cantidad de dinero, y se la mostró. En ese momento, entró en acción una tercera persona, el presunto cómplice, quien en primera instancia se interesó por el tema religioso que estaban tratando. Fue entonces cuando el investigado aprovechó para ofrecerle a la víctima la cantidad hallada a cambio de otra suma inferior, afirmando que él no quería quedarse con su hallazgo, y que si no accedía al cambio, lo rompería. Finalmente, los dos se ganaron su confianza, y tras convencerla para acceder al intercambio y que ella entregara a las autoridades la suma encontrada bajo el coche, acudieron a su entidad bancaria para hacerles entrega supuestamente de tres mil euros». Lo siguiente es igualmente sabido: en la bolsa no hay billetes sino papel de periódico, estampas o algo similar. Y si los hay, son falsos.

La Guardia Civil durante una charla a personas mayores. Hoy

O sea, lo de Leblanc de 1959 pero 55 años después y en vez de en Madrid, en el Campo Arañuelo, que no es un sitio cualquiera cuando se habla de esta clase de estafas. Porque en Talayuela, a un cuarto de hora en coche de Navalmoral, vivían Pedro y Genara, detenidos por la Policía Nacional en el año 2015, acusados de ser los timadores de la estampita más prolíficos de España. La investigación detalló que habían llegado a actuar 550 veces en medio año, esto es, más de tres veces al día. Eran la cuarta generación de expertos en esta estafa, y él nació en Navalmoral. «No se les conocen hechos violentos, son todo labia», contó a HOY el agente que les detuvo.

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En algunos casos, y con el ánimo de persuadir al engañado, el delincuente llega «a romper en presencia de la víctima un billete falso o a amenazarla con que de no aceptar el trato, romperá o quemará los billetes».

El 'tocomocho' de Calzadilla

«El 'tocomocho' es diferente, pero muy similar a 'la estampita'», explica Israel Bolaños, portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres. «De hecho –amplía–, las víctimas suelen ser también personas mayores, más vulnerables física y psicológicamente. Se aproximan a ellas en la vía pública, en este caso haciéndoles creer que uno de ellos tiene un boleto de lotería premiado, pero que no puede cobrarlo por tener alguna deuda con Hacienda o cualquier otra excusa. El delincuente que porta el boleto ofrece a la víctima intercambiarlo por una cantidad de dinero muy inferior al premio, y le explica a la víctima que está dispuesto a asumirlo con tal de no perder todo el importe del premio, ya que de otra manera no tiene posibilidad de recaudarlo. El gancho hace de cómplice, presionando y convenciendo a la víctima para que acepte el trato. Finalmente, la víctima accede al intercambio por el supuesto beneficio que va a obtener al cobrar el boleto premiado, condición que no llega a cumplirse, ya que al ir a recaudarlo se percata de que ha sido estafada, ya que el cupón está falsificado y por tanto, no tiene premio».

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De este modo lograron un hombre y una mujer el año pasado timarle 3.150 euros a una mujer de 72 años en la población cacereña de Calzadilla. «Por suerte –contextualiza Bolaños–, este tipo de timos van disminuyendo con el paso del tiempo, pero aún hoy, todos los años registramos algún caso en nuestra provincia». El tocomocho de Calzadilla el año pasado y la estampita de Navalmoral el pasado enero son dos casos reales de timos a personas mayores, pero este colectivo es víctima a lo largo del año de otras modalidades de estafa, como el abrazo cariñoso o los falsos revisores del gas o la luz.

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