Una auditora con mucho que escribir

Pero por encima de los números, Serrano está muy interesada en las letras. El pasado 3 de junio presentó su primer libro en Badajoz. También ha podido hablar de su obra en Mérida y en Montijo.

Serrano finalizó EGB y Bachillerato en el colegio de las Escolapias de Mérida. Posteriormente, hizo COU en el San José de Villafranca de los Barros de la Compañía de Jesús. Y luego estuvo seis años cursando la carrera en Madrid. Estudiar fuera de su ciudad natal supuso para ella un nuevo horizonte: «Me puso en contacto con personas de muchos lugares, con otras formas de entender el mundo y la vida. Salir de casa te enriquece porque comprendes rápidamente que la realidad es mucho mayor y más rica de lo que tú puedes llegar a ver desde tu lugar en el mundo, comprendes que todas las perspectivas suman».

Ahora, rememora los momentos de inicio de su carrera profesional y la importancia de tejer redes de amistad más allá de lo meramente laboral.

Creativa y diferente, Serrano recuerda su niñez en la que la caracterizaba su fascinación por el clima. «Mi sueño era ser meteoróloga. No puedo decir por qué motivo, pero me parecía lo más emocionante del mundo y tenía muy claro que eso era lo que quería ser», asegura.

Pero lejos de borrascas y anticiclones, esta auditora cuenta ya con un extenso currículo. Serrano ha trabajado para la empresa pública Extremadura Avante o Caja Rural de Extremadura, ha colaborado con el Instituto de Auditores de España, y ha organizado las Jornadas Extremeñas Anuales de Auditores. También ha sido presidenta de la Asociación FIDES Banca Ética y miembro de EJE&CON, que es la asociación española de ejecutivas y consejeras que tiene como misión promocionar la presencia de las mujeres en puestos de alta dirección y consejos de administración.

Como miembro de esta última asociación sin ánimo de lucro, Serrano se ve muy implicada con la conciliación familiar y laboral. Insta por eso a que en las entrevistas profesionales sitúen a los hombres frente a las mismas preguntas familiares que se hacen a las mujeres: «Eso indicaría que la igualdad es más real, porque significaría que la paternidad es tan importante para ellos como la maternidad para nosotras, y que ambas son igual de relevantes socialmente. Sería indicativo de un verdadero logro».

Con su denso currículo, Serrano dice seguir enamorada de su profesión. «Es muy gratificante tener la oportunidad de escuchar a tus compañeros y analizar sus procesos para ayudarles a seguir avanzando, puedes aprender mucho de todos ellos, de lo que hacen y sobre todo de la actitud con que afrontan los retos que se van encontrando en el camino, en el trabajo y en la vida en general», manifiesta.

Serrano comenzó en la escritura siendo apenas una niña. Su pasión por las letras la desarrolló junto a su madre, quien también escribía. «Para mí era algo natural, algo necesario para intentar comprender o simplemente para comunicarme con los demás. Desde pequeña he tenido una imaginación un poco desbordada, y escribir era casi una necesidad para delimitar todas esas historias, imágenes y sensaciones que acudían a mi cabeza».

Atesora decenas de cuadernos y folios fechados desde hace más de 40 años. Sin embargo, dio un paso adelante en su pasión en enero de 2015. En ese momento realizó un curso en el que una de las tareas a realizar era un blog. Serrano renegaba de escribir uno sobre su ámbito profesional. «No le veía ningún interés porque había muchos de mi campo y no creía que yo pudiera aportar nada con un valor diferenciado», recuerda.

Este fue el punto de inicio de su blog de poesía homónimo al poemario que ha publicado recientemente 'Nada es absurdo'.

Además de esta pieza, Serrano ha profundizado en el ámbito literario con colaboraciones en la revista digital de la Compañía de Jesús y ha publicado dos cuentos infantiles solidarios: 'Carola Pelona' y 'Mi amiga fatmata'.

Su última inmersión literaria ha surgido tras el fallecimiento de su padre. Ella ha continuado escribiendo poesía en el blog sobre su propio proceso de duelo. «Descubrí que lo que yo escribía ayudaba a otros, no solo a mí. Se sentían acompañados si estaban atravesando un proceso parecido», asegura.

La autora desea que los lectores extraigan de sus versos la normalidad del proceso de duelo. «Todo pasa y lo importante es seguir avanzando, en algún momento se verá la luz», concluye.