Educación elimina la gratuidad del comedor escolar y recupera la renta como criterio de acceso

El departamento que dirige Mercedes Vaquera indica al respecto que con la nueva instrucción se retomará «el nivel de renta, tal y como se venía aplicando antes de 2023, dado que se trata del criterio más igualitario y que cubre las necesidades de las familias con más dificultades». Un criterio que la consejera ha venido defendiendo desde el inicio del curso. A su entender, el servicio de comedor debe llegar a todo el que lo necesita, pero solo debe ser gratuito para quienes no pueden pagarlo.

Así que la gratuidad estrenada en enero de 2023 por el anterior gobierno acabará antes de que se haya implantado en un curso completo. De hecho, solo se ha aplicado en su totalidad durante el segundo y tercer trimestre del curso pasado, 2022-2023. Los escolares extremeños disfrutaron durante seis meses, de enero a junio, del comedor gratis.

El próximo ya no será así, pero tampoco lo está siendo este, porque la gratuidad en realidad solo se está aplicando a los comedores de los colegios públicos que gestiona la Junta. Este curso se ha dejado fuera de la medida a los 77 comedores de los centros concertados y públicos que dependen de las ampas. Los alumnos extremeños que están disfrutando del comedor gratis este curso, por tanto, son menos que los que lo hicieron el pasado y serán aún menos de los que lo volverán a hacerlo el próximo. Frente al 100% de 2023 y el 96% del curso actual, el porcentaje de escolares con comedor gratis se reducirá al 80% a partir de septiembre. Se volverá a las cifras que había cuando el nivel de renta regulaba el servicio.

«Vamos a hacer que en dos años en esta región podamos hablar de universalidad completa en comedores escolares y en libros». El gobierno socialista de Guillermo Fernández Vara anunció la medida en septiembre de 2022, días después de que comenzara el curso escolar. En enero de 2023 se implantó y desde entonces hasta la finalización de las clases en junio, el comedor fue gratis para todos los alumnos que contaban con el servicio. Los apuntados a los comedores de gestión directa de la Junta dejaron de pagar. Y a las familias de los menores usuarios de los comedores en los centros concertados o en los públicos gestionados por las ampas la Junta les abonó al finalizar el curso el coste del servicio durante ese periodo en función del precio público establecido.

Con el objetivo de mantener este curso y el siguiente también la gratuidad del comedor escolar y las aulas matinales en los centros docentes, el anterior gobierno elevó la cuantía destinada a estos servicios en 13,1 millones (un 67%). En cuanto al comedor escolar, en concreto, para que la gratuidad alcanzara a los 15.325 alumnos en que se cifró la capacidad máxima de los 200 comedores escolares que había en la región. Un incremento presupuestario, explicó el entonces portavoz del gobierno regional, Juan Antonio González, ante la previsión de que se incrementaran las solicitudes debido precisamente a la gratuidad.

Eso fue lo que ocurrió el pasado septiembre. La gratuidad disparó la demanda y superó con mucho la oferta. Según los datos que ofreció en el inicio del curso la consejera de Educación, el número de solicitudes recibidas superaba en 2.126 la oferta de plazas de comedor gratuitas.

«El anterior gobierno no contemplaba en ningún caso la gratuidad universal del servicio de comedor puesto que existía un tope de beneficiarios, que eran los alumnos que ya existían, sin tener en cuenta el aumento de solicitudes que se iba a producir, como así ocurrió», recuerda la Consejería de Educación.

PSOE, Unidas por Extremadura y Vox reclamaron que se ampliara el presupuesto destinado al servicio, con el fin de que la gratuidad alcanzara a todos los solicitantes, pero el gobierno regional rechazó hacerlo.

Pero no solo eso. Si la gratuidad no alcanza a todos los usuarios de los comedores de los centros públicos que gestiona la Junta en este curso, es inexistente en el resto, en los comedores de los colegios concertados y en los que gestionan las ampas. Las familias de los escolares que son usuarios de estos servicios están pagando el comedor escolar.

La Junta argumenta que «la gratuidad afecta a las plazas que están en el cupo que tiene asignado cada centro en el momento de la licitación de la contratación del servicio, circunstancia que está prevista solo para los centros públicos que han optado por la contratación mediante la gestión de la administración educativa, y no afecta a los comedores que han optado por la modalidad de gestión directa, como es el caso de las ampas».

Sin embargo, precisamente para que la gratuidad alcanzara a todos los comedores independientemente de su gestión, el gobierno anterior sacó una convocatoria de ayudas que permitió abonar el servicio a los usuarios de estos comedores a final de curso. Una convocatoria que no habrá este año y que ha provocado las quejas de los colegios afectados, que se sienten discriminados por la administración.

Pero la gestión de la gratuidad este curso no solo está suponiendo un agravio comparativo entre los centros docentes en función de quién administre su comedor, sino entre los propios alumnos extremeños. Se da la circunstancia de que familias con rentas similares están disfrutado de la gratuidad del servicio en unos centros escolares y no en otros, de que familias con mejores rentas tienen la gratuidad y otras con menos recursos están pagando el comedor, y se da la circunstancia también de que quienes abonan el servicio en los comedores de gestión de la Junta tampoco tienen que hace frente al mismo pago, porque el precio del servicio por día es diferente en cada comedor. Así hay colegios de Badajoz en los que el precio público diario es de 4,68 euros, en otros de Coria asciende a 4,79 y en Cáceres 5,27.