Diez lobos viven en áreas de Extremadura próximas a Ávila y Portugal, estima la Junta

Ese documento repasa la situación poblacional del 'canis lupus' según los datos proporcionados por las autonomías. La mayor comunidad está en Castilla y León (179 manadas, normalmente de entre cinco y diez individuos cada una), y Extremadura calcula que en su territorio no hay ninguna manada pero sí una decena de ejemplares, según la información que la Junta le facilitó al Ministerio en base a las labores de rastreo que realizó en el año 2020.

«Se ha constatado la presencia de lobos, aunque sin reproducción, en Aragón y en Extremadura colindando con Portugal», recoge este informe. «En el noroeste y noreste de Extremadura –amplía– se están registrando un creciente número de observaciones de lobo, probablemente se trate de ejemplares procedentes de núcleos existentes en Portugal y de Ávila, respectivamente».

Posteriormente al envío de esa información, la Junta constató oficialmente la presencia de la especie en la región. En concreto, fue un laboratorio especializado de la Universidad de Oporto (Portugal) el que le confirmó a la Consejería de Transición Ecológica y Sostenibilidad que la muestra hallada en un paraje de alta montaña de Villanueva de La Vera –en la Sierra de Gredos, junto al límite con la provincia de Ávila– pertenecía «a una hembra reproductora cuyo halotipo genético se corresponde con una especie lobuna del centro-norte de España».

Esa confirmación rompió con casi 30 años de especulaciones sobre la presencia de la especie, cuyo rastro se perdió en la región en el año 1993, cuando fue encontrado el cadáver del último ejemplar conocido.

Precisamente este miércoles, el Consejo de Gobierno de la Junta acordó encargar a la empresa pública Tragsatec que ejecute una serie de medidas por valor de 84.998 euros encaminadas a reducir el daño que esta icónica especie pueda causar al ganado en la región. La encomienda incluye también la puesta en marcha de iniciativas para tratar de cambiar la percepción social negativa sobre el lobo.

El plan establece igualmente la necesidad de mejorar hábitats pensando en los daños que pueda causar en explotaciones ganaderas intensivas y en cotos de caza mayor. El encargo de la administración autonómica a Tragsatec incluye «ejecutar medidas de protección del ganado y actuaciones preventivas para evitar daños en explotaciones ganaderas». Además, ordena también «realizar una campaña divulgativa para el cambio de percepción social, con el objeto de reducir los conflictos de coexistencia entre las explotaciones ganaderas y el lobo».

Otra petición que la Junta le hace a la empresa pública es «fomentar la utilización de aquellas técnicas de prevención y protección del ganado que han demostrado una eficacia como herramientas útiles de gestión». Entre las más extendidas en aquellos lugares de España donde ganado y lobo conviven desde hace lustros está la presencia de perros mastines.

Y hay un cuarto mandato de la Consejería a Tragsatec. Son lo que denomina «medidas paliativas». Consistirán, por un lado, en «llevar acabo el peritaje de daños causados por el lobo»; y por otro, en «mejorar los hábitats para compensar los daños del lobo ibérico en ganaderías extensivas y en explotaciones cinegéticas de caza mayor».

El modo de gestionar la relación entre lobo y ganado ha generado cierta polémica en España en los últimos meses, sobre todo tras la aprobación el pasado 24 de mayo de la orden ministerial que prohíbe cazar ejemplares de la especie. La Junta manifestó entonces que su postura en este asunto estaba alineada con la del Gobierno, y de hecho, las medidas que el Consejo de Gobierno ha aprobado este miércoles responden a la política general del Estado en esta materia.