El Papa Francisco, con Diego Neria a su izquierda y la pareja de este, Macarena, en enero de 2015.Hoy
Diego Neria, el transexual extremeño recibido por el Papa Francisco: «Mi entrevista con él me cambió la vida»
Muerte del Papa Francisco ·
«Me encontré a un hombre sin boato ninguno, al cuarto de hora le estaba tuteando sin darme cuenta», recuerda el placentino, primer transexual en ser recibido en el Vaticano
Hay en los 58 años vida de Diego Neria noventa minutos que no olvidará nunca y que ahora han regresado con fuerza a su ... memoria. Fue hace una década. El 24 de enero de 2015. En el Vaticano. En Santa Marta, la residencia del Papa Francisco, donde ahora se exponen los restos del Pontífice fallecido este lunes. «La entrevista con él -recuerda el extremeño- me cambió la vida. Fue mi salvavidas espiritual. Esto no lo va a cambiar nadie. Lo recordaré siempre».
Además de un enorme impacto en lo personal para su protagonista, aquel encuentro que HOY contó en primicia tuvo un eco mundial, en sentido literal, porque fue la primera vez que un Papa recibía a un transexual. La foto posterior a la entrevista, con el Papa Francisco posando sonriente entre Neria y su pareja, Macarena, dio la vuelta al planeta y ha pasado a la historia como una de las que resume el pontificado de Jorge Mario Bergoglio, el primer papa no europeo desde el siglo V, el primer papa latinoamericano, el primer papa jesuita, el primero en llamarse Francisco. Y el primero que recibió en su residencia a un transexual, Diego Neria, extremeño de Plasencia que hoy echa la vista atrás y solo encuentra elogios y agradecimiento.
El placentino, con un ejemplar de 'El despiste de Dios', el libro en el que habla de su encuentro con el Papa.
Hoy
«Yo le escribí una carta explicándole que no entendía por qué la Iglesia no me aceptaba, tuve la suerte de que la leyó y me llamó por teléfono», rememora Neria, con quien más tarde contactó el Vaticano para concertar la cita con el Santo Padre, que le recibió en su residencia habitual. «Duró una hora y media, y hablamos de transexualidad pero también de otras muchas cosas. Esa conversación me rescató del pozo espiritual en el que estaba sumido con la institución católica. Me disipó muchas dudas sobre el rechazo que la institución tenía hacia mí. Sobre por qué yo no podía comulgar, o no podía estar tranquilo en una iglesia porque me freían a miradas. Todo eso me tenía sumido en un mar de dudas, y Francisco me ayudó a tener la seguridad de que yo tenía el mismo derecho, también las mismas obligaciones, que cualquier otro católico. En este sentido, mi encuentro con él fue una liberación total«.
«Yo me encontré con un hombre vestido de blanco que era la sencillez hecha persona. Tenía una sonrisa preciosa, y transmitía una calidez...»
En esa entrevista, el extremeño se encontró frente a «la sencillez hecha hombre», resume. «No había boato ninguno. Me vi frente a un señor vestido de blanco, con unos zapatos ortopédicos negros, que llevaba la cruz de plata que le regalaron cuando le nombraron obispo en Argentina, y un anillo». «Al cuarto de hora de estar con él ya le estaba llamando de tú sin darme cuenta, de la normalidad y la cercanía que transmitía. Tenía una sonrisa preciosa, te atrapaba con la mirada y con esa calidez que me transmitió desde el primer momento. Su trato fue de una cercanía y una humildad absolutas. Era alguien que no estaba por encima de ti, sino a tu misma altura». Aquel encuentro de hace diez años no quedó como un hecho aislado, sino que tuvo su continuidad, asegura Neria. «Fue una amistad a primera vista. Tras aquel primer encuentro, luego tuvimos varios contactos. Fue un muy buen amigo».
«Leyó mi libro y le gustó mucho»
Esos noventa minutos movieron al placentino a escribir 'El despiste de Dios' (Tropo Editores, 230 páginas, 24,95 euros), libro en el que cuenta su lucha vital y el alcance de su charla con el Pontífice recién fallecido, que según cuenta el autor, «lo leyó y le gustó mucho». «No creo que volvamos a tener un Papa como este», apunta Diego Neria, que al enterarse del fallecimiento de Francisco, pensó primero «que era un bulo». «Cuando confirmé que era verdad, entré en shock», reconoce el extremeño, a quien en las últimas horas han requerido medios de comunicación de varios países.
«Dar testimonio de mis vivencias con él es el pequeño homenaje que yo puedo darle», explica el placentino, que desde su visita al Vaticano, no ha dejado de atender a personas de diferente procedencia que buscan consejo porque están viviendo la lucha interior y social que él ha tenido que enfrentar desde que nació. En su dimensión religiosa y espiritual, todo cambió tras su inolvidable conversación con Francisco. «Ya lo dijo él cuando le nombraron Papa, que no quería dejar de ser cura -apunta Neria-. Y de hecho, hacía cosas como escaparse de vez en cuando para ir a desayunar a un comedor social, porque lo que le gustaba era estar con la gente. Lo hizo hasta el último día de su vida, literalmente. Él ha hecho mucho por la transexualidad. Y por los divorciados. Y por otros colectivos que necesitaban su ayuda. Ha llegado hasta donde ha podido, hasta donde le han dejado. Le voy a echar mucho de menos».
Límite de sesiones alcanzadas
El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.
Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Sesión cerrada
Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.
Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.