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Azahara Palomeque posa con su libro. HOY

Cronista del sueño americano

Extremadura en femenino | Azahara Palomeque, escritora ·

Antonio Gilgado

Badajoz

Lunes, 20 de abril 2020, 08:13

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Cinco de la mañana en Philadelphia, una hora para el mediodía en España.

Azahara Palomeque al otro lado del ordenador. 'Año 9. Crónicas catastróficas de la Era Trump'. Su última criatura. Tres poemarios bajo el brazo ya pero retorna a sus orígenes, el periodismo.

Infancia y juventud en Badajoz. Carrera en Madrid y desde hace diez años y medio en Estados Unidos. Se fue con una beca de doctorado a Princeton. Vive en Filadelfia y trabaja en la Universidad de Pensylvania.

Cruza el charco dos veces al año para perderse por Pardaleras. Reflexión contundente de su decenio. «No hay integración posible, al menos para mí».

120 páginas de su día a día como inmigrante. El sueño americano es una quimera. El desastre de la sanidad pública, el déficit en la educación, los tiroteos, el racismo... Demasiadas patologías sociales al alcance de alguien que tiene la necesidad de contar lo que ve. «Empecé a investigar sobre todos estos problemas sociales. Soy periodista y con este estilo a medio camino entre la crónica y el ensayo abordo temas que, con la poesía, no llegaba».

Echa de menos más compromiso cívico en la sociedad en la que vive. Ante las carencias públicas, explica, los americanos se limitan a donar dinero a una oenegé.

Se fue con una beca de doctorado a Princeton y ahora cuenta en un libro su vida de inmigrante en Estados Unidos

No reivindican una educación pública de calidad, se conforman con ayudar a organizaciones que imparten clases particulares a los escolares. «Obviamente no es una solución al problema. Me interesa contarlo porque lo que deberían ser derechos sociales se convierten en regalos pugnando por los donantes millonarios».

Escribe de Estados Unidos para el público español y combate la visión idealizada que proyecta el cine o series tipo 'Sexo en Nueva York' que, por supuesto, nada tiene que ver con la realidad de la mayoría de los que viven allí.

No hay Hollywood cuando uno abre las cortinas con sus manos. «Con la crisis económica del 2008 un millón de personas se fue de España. Muchos no hemos vuelto. Cuando algunos españoles hablan de inmigrantes piensan en otros, pero no en los propios de su país».

Ha encontrado en la literatura una brújula. Vivió y creció en el castellano hasta que hizo la maleta a los 22 años. Su idioma materno es su posicionamiento político. «No me quiero ir del todo de España. Si pierdo la lengua pierdo la identidad».

Cambia el verso por la prosa y se viste con el mono de periodista. «Los tres poemarios los concebí de forma crítica, no necesariamente militante o panfletario, pero sí muy críticos. Pero en los círculos poéticos todo se queda muy superficial y sentí que se me había agotado este lenguaje para hacer un comentario crítico».

No esconde que quizá esté idealizando a España, pero objetivamente, compara, aquí se vive mejor. «No es una idea personal, me he encontrado con mucho disidente americano que asume que la sanidad más cara del mundo no puede dejar a 28 millones de personas fuera».

Sus crónicas desmontan los tópicos raciales que construyen los americanos. «Si yo fuera rubia y de ojos claros cumpliría con la idea que ellos tienen de europea, pero como no lo soy, pues me ven como algo exótico y refuerza sus estereotipos. Me preguntan a menudo si soy turca o iraní. Me enfrento a menudo a situaciones de discriminación y eso es bastante incómodo».

La pandemia le debe un viaje a Badajoz. Tenía hora y sitio reservados en la programación de la Feria del Libro de San Francisco de este año. «Cada vez me gusta más Badajoz, hace veinte años, cuando estaba allí, no tenía la vida cultural que tiene hoy».

También sufre el confinamiento, aunque a modo americano. Las restricciones las pone cada estado por su cuenta, no hay una política federal. En la costa este han cerrado colegios, bares, tiendas y se han prohibido las aglomeraciones, aunque la gente puede salir a la calle a pasear o a correr. Pero en zonas como Oklahoma o Arkansas siguen con la vida normal. Incluso hay vuelos domésticos. «A Trump le importa poco que la gente muera».

Sospecha que el presidente tiene la reelección en el bolsillo. Muchos de los que apoyaron al demócrata Sanders no votarán por Biden. Demasiado conservador para un público que sostuvo a Sanders porque pregonaba la sanidad universal o la cancelación de los préstamos de estudiantes.

Por su trabajo conoce de cerca este problema. El 75% de los universitarios, recuerda, tiene que devolver préstamos de más de cien mil euros. Ahora nadie habla por ellos. «Ocurrirá lo mismo que con Hillary».

  • Biografía Azahara Palomeque nació en 1986 en Badajoz. Estudió periodismo en Madrid. En 2009 se mudó a Estados Unidos para un máster en literatura luso-brasileña en la Universidad de Tejas, Austin, y después hizo el doctoradao en Princeton. Desde entonces vive en Estados Unidos. Ha sido galardonada en diversos certámenes literarios y sus poemas y cuentos han aparecido en revistas culturales de España, México, Perú, Estados Unidos y Cuba. Ahora trabaja en la Universidad de Pensylvania. Tiene publicados tres poemarios y acaba de sacar 'Año 9. Crónicas catastróficas de la Era Trump', un relato periodístico de su vida como inmigrante en Estados Unidos. Habla de racismo o de desigualdad social y desmonta la visión idealizada del sueño americano.

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