El coro de Cámara de Extremadura, de Medusa a Víctor Manuel

Tras sus interpretaciones en Medea y Medusa, este coro pasa de la veintena de voces, con la que hacen música de cámara, a las sesenta que lo convertirán en coro sinfónico para acompañar, a Víctor Manuel. Un concierto que celebrarán junto a la Orquesta de Extremadura el próximo 30 de agosto en Mérida.

Pero este coro también se atreve con Zarzuela, música barroca o géneros más modernos. «Para nosotros es un orgullo que un coro extremeño, con voces extremeñas, forme parte de proyectos de importancia. Aunque todos somos músicos profesionales tenemos otras profesiones, no vivimos de esto pese a todo el tiempo que le dedicamos», cuenta emocionado el presidente de la entidad, Javier Gómez.

Tanto para él como para el resto de sus compañeros, el coro de cámara que esta formado por más de 25 voces fijas que se amplía hasta alcanzar las 60 gracias a una bolsa de músicos profesionales. No es fácil compaginar su trabajo con la exigencia que requiere estar en un coro profesional. «Somos una asociación que se fundó en 2011 para dar respuesta a una necesidad que había en la región, que es la de poder montar un coro sinfónico grande, de ahí nuestra estrecha colaboración con la OEx», subraya el presidente.

Subirse al escenario y cantarle a la Medusa de Victoria Abril, compartir escena con Ruth Lorenzo o poner las voces a las melodías de Víctor Manuel requiere de una calidad vocal de la que se encarga la directora, Amaia Añúa. «Ella es quien elige las voces que se necesitan en cada proyecto y la calidad vocal que debe ir en cada trabajo», explica este músico, que se formó en el Conservatorio Oficial de Música de Almendralejo.

«Un conservatorio tiene en cierto modo un vínculo especial con el coro, pero no solo el de Almendralejo, cualquiera de los que hay en la región, porque para pertenecer al coro es necesario tener ciertos conocimientos musicales», relata Javier, que explica que lo integran muchos profesores de canto, o personas que tienen estudios en la materia.

Además, para ser parte del único coro de cámara que trabaja a este nivel en la región no basta solo con tener buen voz, también hay que saber leer partituras e interpretar.

«Hay que saber interpretar las partituras porque en muchos casos, sobre todo cuando son zarzuelas, hay que memorizarlas porque no podemos salir con ningún elemento», indica.

En los dos meses de verano estos músicos han pasado de la ópera, con la obra 'La Sonámbula', que interpretaron en Villanueva de la Vera, al género sinfónico que interpretaron en la obra 'Medea' y que volverán a repetir en el concierto Sinfónico que Víctor Manuel dará en Mérida, para ponerse a las órdenes de la batuta del director de la OEx, Andrés Salado. «Para nosotros es importante entendernos bien con la orquesta para hacer un buen ensamble, pero para ellos nosotros también somos importantes, porque al público más allá de las melodías también le gusta escuchar letras de las canciones que se interpretan», zanja.

Lo más complicado para ellos más que subirse al escenario son los ensayos. «Lo más complicado es reunirnos todos, tenemos voces de toda la región. Desde médicos, enfermeros, profesores... Unos son de Plasencia y otros son de Jerez de los Caballeros, con lo cual no tenemos un local fijo», apunta Gómez, que asegura que los ensayos los realizan en diferentes ciudades los fines de semana.

Unos ensayos que se intensificarán este otoño, cuando el coro de cámara tiene muchos proyectos por delante, como varias obras en colaboración con la OEx.

En su corta trayectoria, esta agrupación se fundó hace poco más de una década, han actuado en escenario tan importantes como el de el Teatro Real de Madrid o el del Certamen de Habaneras de Torrevieja, pero sin duda el escenario más importante para ellos es el del Teatro Romano de Mérida. «No tiene nada que ver con ningún otro sitio, el Real de Madrid es maravilloso pero no deja de ser un teatro. Pero Mérida está construido de tal manera que estás completamente rodeado y te sientes muy conectado con el público, que lo sientes muy cerca. Además, la acústica es maravillosa y suena muy bonito», subraya Javier, que aún está emocionado por los días que han compartido con Victoria Abril o Ruth Lorenzo. «La convivencia es una parte de la actuación que no se ve, y es bonita porque todos aprendemos mucho».

Una convivencia con la que también se enriquecen los integrantes del coro, donde hay voces que van desde los 19 años hasta los 70. «Es importante que haya esta diferencia generacional, es muy enriquecedor para el coro y un seguro de continuidad».