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Lunes, 18 de junio 2018
El Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex) ha elaborado dos manuales para la gestión de las especies invasoras mimosa (Acacia dealbata) y ailanto (Ailanthus altissima), con el fin de concienciar sobre la importancia de controlarlas y evitar problemas medioambientales y económicos.
Los manuales se han editado en el marco del proyecto 'Lucha contra la especies invasoras en las cuencas hidrográficas del Tajo y del Guadiana en la Península Ibérica' (LIFE+ INVASEP), según ha informado la Junta de Extremadura en una nota de prensa.
La presencia de estas especies invasoras impacta directamente sobre la vegetación autóctona, reduciéndola e incluso haciéndola desaparecer.
Además de disminuir la biodiversidad, alteran el suelo y la disponibilidad de alimento para los herbívoros, y actúan negativamente sobre la salud humana debido a que su polen es un potente alérgeno y su erradicación es difícil y costosa en términos económicos.
En el caso del ailanto, una vez que se ha establecido es muy difícil de erradicar, ya que es una planta de crecimiento rápido, alta capacidad reproductiva y de expansión, gran adaptabilidad a los territorios invadidos y también a condiciones ambientales adversas.
También la mimosa es una especie con una tendencia claramente expansiva, rápido crecimiento y reproducción, fuerte capacidad de rebrote y además colonizadora en lugares alterados especialmente después de incendios o aclarados.
En Extremadura la introducción de especies exóticas invasoras es la segunda mayor amenaza para la fauna y flora autóctonas, después de la destrucción del hábitat. Según los datos que manejan los investigadores, tanto el ailanto como la mimosa presentan un alto riesgo de invasión en Extremadura.
El área invadida por rodales de ailanto supera los 120.500 metros cuadrados, mientras que en el caso de la mimosa la superficie ocupada es de aproximadamente 83.650 metros cuadrados.
Por último, el Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal, adscrito a Cicytex, ha diseñado un método experimental de control de estas especies mediante el uso de hongos saprofitos autóctonos.
El método consiste en inocular en el tronco clavijas de madera infectadas con dichos hongos para impedir que el árbol vuelva a crecer una vez talado, sin necesidad de recurrir a productos químicos.
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