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El descenso de la natalidad y la fecundidad está en la base del problema de despoblación extremeño. HOY
El cheque bebé resiste pese a su dudosa utilidad

El cheque bebé resiste pese a su dudosa utilidad

Varios municipios extremeños aún premian los nacimientos pese a que la medida no incentiva la natalidad ni frena la despoblación

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Domingo, 6 de junio 2021, 08:38

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El cheque bebé no vale para nada, solo para comprar unos pocos pañales». Lo decía Estrella Valverde, una extremeña residente en Madrid, hace tres años y medio, en un reportaje para este diario. Y antes y después que ellas, mujeres y hombres con hijos y sin ellos se han manifestado en términos similares. También expertos en demografía. Y sin embargo, aún quedan en Extremadura ayuntamientos que mantienen ese premio a la natalidad, pese a que su utilidad se ha demostrado dudosa.

«Parece obvio que ninguna pareja que dude si tener o no un hijo se va a decantar por tenerlos por el hecho de que le den mil euros, o tres mil», argumenta Antonio Pérez, profesor de Geografía en la Universidad de Extremadura. Él, que lleva lustros analizando este tipo de cuestiones y plasmándolas en publicaciones, tiene claro que esta fórmula «supone una satisfacción momentánea para quien recibe el dinero, pero no estimula la natalidad». Y los datos le dan la razón.

En el año 2014, la Junta empezó a dar 1.400 euros por cada nacimiento, adopción o acogimiento en municipios de menos de tres mil habitantes. Fue una iniciativa del popular José Antonio Monago que el socialista Guillermo Fernández Vara mantuvo al sucederle al frente del Gobierno regional al año siguiente. La medida se mantuvo hasta el año 2018, cuando el Ejecutivo autonómico anunció su final argumentando que resultaban ineficaces.

En esos cuatro años en que estuvo vigente, se concedieron 7.475 ayudas que costaron 9,4 millones de euros. Su impacto sobre las cifras de natalidad extremeñas fue imperceptible. En 2014, en los municipios de la región con menos de diez mil habitantes hubo 3.833 nacimientos. En los tres ejercicios siguientes fueron 3.752, 3.716 y 3.662, respectivamente.

O sea, menos en cada anualidad pese al ‘cheque bebé’. Esa tendencia a la baja siguió en 2018 (hubo 3.404 nacimientos) y remontó ligeramente al siguiente ejercicio (3.469), en el que la región no pagó ayudas del tipo de los ‘cheques bebé’.

Pese a esta realidad, sigue habiendo ayuntamientos que mantienen este tipo de ayudas, si bien la mayoría las justifica como una forma de ayudar a los vecinos más que como un modo de fomentar la natalidad. En Villanueva del Fresno, 102 familias han cobrado los 300 euros para gastar en tiendas locales del programa municipal de respiro familiar, fomento de la natalidad y protección de la maternidad, implantado en el año 2016. Guareña da 200 euros a gastar en farmacias y parafarmacias. Fregenal de la Sierra también tiene su propio ‘cheque bebé’. Y Cilleros paga 60 euros al mes durante dos años.

Da igual la cuantía

«Ni cuando fueron 2.500 euros por hijo funcionó», afirma Antonio Pérez, en referencia a la ayuda que el Gobierno central de José Luis Rodríguez Zapatero instauró en el año 2007. Fue cancelada a los cuatro años, o sea, duró lo mismo que la de Monago y Vara en Extremadura.

«El problema de la despoblación y del descenso de la natalidad es demasiado complejo como para intentar solucionarlo como una medida de este tipo», sitúa el profesor de la UEx, que además, recuerda que en ocasiones, esta ayuda «acaba generando frustración, cuando llega el momento de hacer la declaración de la renta y hay que incluirla».

«El cheque vale para comprar un cochecito para el bebé más caro en vez de uno más barato, pero no soluciona un problema que tiene mucho que ver con dos cuestiones complejas que afectan a los jóvenes: la falta de trabajo y de estabilidad laboral y la dificultad para conciliar la vida laboral, en el caso de que tienen trabajo, con la familiar». «En los países donde han logrado atajar este problema, que son los nórdicos o Francia, entre otros, llevan desde los años 60 con medidas como alargar los permisos de maternidad y paternidad o flexibilizar la jornada laboral, es decir, facilitando la conciliación».

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