Discordia por el museo de los coches clásicos

Un Dodge M37, vehículo militar estadounidense de mediados del siglo XX, llama la atención de los muchos visitantes que pasan por la plaza la Corredera, en el centro de la localidad cacereña de Hervás. La camioneta sirve como soporte de varios carteles reivindicativos que han sido colocados allí por Juan Gil Moreno, propietario del este vehículo, que es uno de los cerca de 300 que forman su grandiosa colección privada, la cual se puede contemplar en el Museo de la Moto y el Coche Clásico, situado en las afueras del municipio.

Este museo hervasense es uno de los espacios expositivos más peculiares de Extremadura. Su dueño lo promociona como «el más importante de Europa sobre medios de locomoción terrestre». Juan Gil Moreno lleva cerca de dos décadas dando forma a su proyecto en el entorno de este municipio del Valle del Ambroz, casi siempre enzarzado en polémicas con las autoridades locales, y de ahí el peculiar método que está utilizando para dar a conocer sus reclamaciones.

Lo que Juan Gil viene a explicar en estos carteles es que ha ofrecido al Ayuntamiento de Hervás la posibilidad de donar al pueblo el museo con todo su contenido a cambio de constituir una fundación que gestione el legado. Se queja de que no le hacen caso y recuerda que en estos casi 20 años jamás ha recibido ni un euro de dinero público, lo cual considera un agravio comparativo en relación al Museo Pérez Comendador-Leroux, también en Hervás, que está «subvencionado al cien por cien». Destaca además que su museo es «un gran atractivo turístico» que se viene a sumar a los que ya de por sí tiene Hervás, como lo demuestran los «más de 5.000» visitantes que acuden cada año.

Juan Gil lleva décadas intentando que el Ayuntamiento reconozca su museo y le otorgue el estatus que merece, pero las distintas corporaciones se han ido negando, siempre con el argumento de que antes de dar cualquier paso el propietario debe regularizar la situación urbanística del edificio. Gil admite que, en efecto, el museo fue construido en terrenos cuya calificación no permitía ese tipo de edificaciones, pero matiza que en aquella época fueron muchos los particulares y empresas que hicieron lo mismo y sí han sido reconocidos por el Consistorio.

El coleccionista lo achaca todo a una «animadversión» contra su persona por parte del PSOE, que durante todo este tiempo lleva gobernando en Hervás. Dice que la prueba es el convenio que firmó en 2015 con el Ayuntamiento de Mérida, entonces del PP, para trasladar allí una parte de la colección, concretamente a las instalaciones de IFEME. Nació así en marzo de 2015 el Museo de Vehículos Históricos Ciudad de Mérida, que ha permanecido abierto durante un año. «Ha sido llegar el PSOE al poder y desentenderse. Funcionan como secta», denuncia, aludiendo al cierre de la exposición de Mérida el pasado marzo al cumplirse el año comprometido en el convenio.

La actual alcaldesa de Hervás, Patricia Valle, lleva en el cargo desde las elecciones de mayo de 2015. Si bien reconoce que el Museo de la Moto y el Coche Clásico es «un activo muy importante» para el municipio, aclara que el Ayuntamiento no puede empezar a considerar la posibilidad de una fundación mientras siga siendo una construcción que califica como «ilegal».

«Necesita una calificación urbanística y para eso es necesario presentar un proyecto firmado por un arquitecto que certifique las instalaciones, de lo cual evidentemente se tiene que hacer cargo el interesado», apunta la alcaldesa.

Juan Gil esgrime en su favor la declaración del museo como bien de interés público y utilidad social que el propio Ayuntamiento de Hervás le concedió en 1997 por acuerdo plenario. Considera que ese documento avala suficientemente sus reivindicaciones, pero no piensa lo mismo la alcaldesa, quien recuerda que la declaración se hizo como parte de un expediente urbanístico que tramitó en su día la Junta de Extremadura precisamente para la ordenación del suelo, cosa que no ha ocurrido hasta la fecha.