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Cráneos de lobos y otros animales expuestos en el centro. :: hoy

Estudiantes de Logrosán recuperan la cultura del lobo

Los alumnos del instituto Mario Roso de Luna investigan el rastro de este animal en la memoria de la sierra de Las Villuercas

JAVIER SÁNCHEZ PABLOS

Lunes, 6 de junio 2016, 07:44

El conocimiento del medio y la búsqueda de nuevas motivaciones para sus pupilos, además de las ganas de dar a conocer nuevas experiencias del entorno. Son algunos de los motivos que han llevado a Patricio Mateos Quesada, un siempre inquieto profesor del instituto Mario Roso de Luna de la población cacereña de Logrosán, a realizar un trabajo novedoso con sus alumnos. Se trata de una investigación sobre lo que ha dado en llamar 'la cultura del lobo', que ya solo recuerdan los mayores de la zona. No solo se ha pretendido hablar de este animal, siempre temido, sino también del modo de vida que había en los campos y en su entorno.

Mateos Quesada detalla que es posible que no haya otro animal en el continente europeo que más cultura genere con su presencia. Cultura que, según el estudioso José Antonio Valverde, tarda dos generaciones en borrarse una vez desaparecida la especie en un lugar. «Es la cultura surgida del odio y del miedo, pues son estas las emociones que principalmente ha generado el lobo a lo largo de los siglos en los que ha convivido con el hombre».

Este docente reconoce que, con el paso del tiempo, esa cultura del lobo se está perdiendo en distintas zonas, como la Sierra de Las Villuercas. Reconoce que el recuerdo de ese animal, los sentimientos aún metidos en los huesos de aquellos que notaron su presencia se van desvaneciendo según van muriendo los mayores.

Ejemplo de ello es que se han silenciado los cuentos de lobos, las anécdotas y los rumores contados a la luz de la lumbre, detalla. Ante esta situación, Mateos, junto a algunos de sus compañeros, ha despertado la curiosidad de los estudiantes del instituto logrosano para hacer ese trabajo de investigación. No solo han participado estos jóvenes, sino también, de un modo o de otro, vecinos de la comarca. Todo ello ha estado encaminado a recuperar esa cultura colectiva.

Con ese objetivo, estos intrépidos jóvenes han completado encuestas en donde los mayores han ido relatando sus experiencias con esta temida especie, han contado cómo eran antes los campos, cómo se convivía con este animal y cómo fluían los sentimientos con su presencia. Han tomado notas de relatos de las medidas que tomaban para defenderse o cómo los cazaban. «Han hecho una recopilación de las vivencias personales con los lobos, el miedo pasado con ellos y sus encuentros más o menos desafortunados, pero siempre temerosos». También se ha pretendido saber cómo eran antes los campos cuando esos abuelos eran niños.

El docente recuerda que esa labor no solo se ha hecho en Logrosán sino también en otras poblaciones de la comarca. De este modo, se ha recuperado una experiencia que, por el devenir de la sociedad, parece que fue hace miles de años. Ahora se está terminando de tabular todos esos datos.

Collares de púas olvidados

Una vez que se tengan todas las encuestas y se recoja la información obtenida le gustaría continuar trabajando con este material y darle continuidad a esa labor. Hace diez años, Patricio Mateos estuvo destinado como docente en Logrosán y realizó otro trabajo. Ahora, con su vuelta a esta población cacereña, le gustaría unir toda los datos recogidos en algún tipo de formato. Destaca esa implicación tanto de los jóvenes, como de esos mayores que han participado en toda la documentación conseguida, siempre interesante para la zona. También es una forma de mantener viva esa memoria.

Este trabajo de investigación no solo se ha quedado en estas encuestas. También se han recopilado enseres relacionados con los lobos. Gracias a la buena predisposición de los vecinos de la zona, se ha buscado en cuadras y desvanes para recuperar elementos que directamente tuvieron que ver con esta presencia. En muchos casos estaban ya olvidados y envejecidos. Entre otros, se ha contado con diferentes tipos de carlancas, esos collares de púas que protegía a los perros de la mordida mortal en el cuello.

También se han recogido cepos, escopetas y utensilios para cargar los cartuchos, además de una colección de cráneos de lobos, mastines y presas de esos animales, como corzos y zorros. Todo ello ha servido para montar una exposición en las instalaciones del centro educativo, que ha tenido una gran aceptación.

«La exposición ha servido no solo para que la pudiera visitar quien deseara dentro de la comunidad educativa, sino también para mostrar a los alumnos una brizna de lo que fue la cultura de nuestros ancestros en Las Villuercas, de las condiciones y el entorno en el que vivían sus abuelos y de lo que van perdiendo con el pasar del tiempo», explican fuentes del centro.

Esta muestra ya fue desmontada y devuelto los enseres. Esta labor de investigación ha tenido un recorrido mayor, ya que fue presentado. Este trabajo fue presentado, en el congreso científico para alumnos de enseñanzas medias, con la participación de 29 centros de distintos puntos del territorio nacional. Ahora, la intención de Mateos Quesada es continuar el próximo curso.

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